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Margareth von Trotta hace un retrato íntimo y político de Rosa Luxemburgo

La actriz y directora de cine alemana occidental Margaret von Trotta ha doblegado una obsesión con su última película, Rosa Luxemburgo, que ya ha sido estrenada en varios países de Europa. Von Trotta ha revelado en Londres las fatigas y el desafío de llevar con dignidad la vida de la activista a la pantalla. "Con este filme tenemos un poco más de ella", indicó la directora. Cuando Margaret von Trotta nació, en Berlín, en 1942, Rosa Luxemburgo permanecía en el profundo olvido de los muertos. La devastadora guerramundial no dejaba asomar la sombra de la revolucionaria e ideóloga del socialismo.

A principios de los sesenta, Margareth Von Trotta, que vivía por entonces en París, se aficionó al cine y sintió curiosidad por los directores de la Nouvelle Vague Después llegaría a sus ojos el retrato de la mujer asesinada en Berlín la noche del 15 de enero de 1919. "Mi primer encuentro con Rosa fue en Alemania en 1968-1969, cuando las protestas estudiantiles en la calle. La única mujer que aparecía en los posters de los revolucionarios, junto a Marx, Lenin y Ho Chi Minh era ella, y yo quedé fascinada por esa imagen fotográfica, así que empecé a leer sus cosas y pronto vi que además de activista política tenía una vida íntima muy intensa e interesante", explicó Von Trotta cuando asistió a la presentación de su obra el pasado verano en Londres, organizada por el National Film Theatre y el periódico The Guardian.El anhelo de hacer una biografía cinematográfica sobre Rosa Luxemburgo rondó por la cabeza de la directora durante algún tiempo. Von Trotta inició su carrera como actriz ex 1968, y hasta 1976 protagonizó 19 películas tres de ellas dirigidas por Rainer Werner Fassbinder. A partir de 1972, y tras su matrimonio con el director Volker Scholöndorff, empezó a trabajar como codirectora y coguionista, hasta que en 1978 presentó el primer fruto de su propia cosecha, El segundo despertar de Christan Klages. A este filme le siguieron Hermanas o la balanza de la felicidad, Las hermanas alemanas, Amigos y maridos y Rosa Luxemburgo.

Von Trotta ha dedicado los últimos tres años a darle vueltas a la vida de la revolucionaria hasta que finalizó su película. A su juicio, es necesario revitalizar la figura de Rosa Luxemburgo, puesto que su importancia histórica es innegable. Hay dos versiones sobre la personalidad de la revolucionaria, una cruel y otra débil. "Yo creo que la auténtica Rosa está en el medio de ambas", dice Von Trotta.

Ni una imagen ni tina palabra de Rosa Luxemburgo, se presentan de forma gratuita. en el filme, todo está controlado y justificado, según la explicación de su directora que, antes de. ponerse tras la cámara, accedió a la correspondencia privada, de la intelectual. En su relato dice: "He leído unas 2.000 cartas escritas por ella, que me han sido muy útiles. Sus discursos políticos en la película contienen párrafos textuales de sus escritos. Es una lástima que los subtítulos pierdan lo poético y sensitivo de su lenguaje político. Yo fui la primera sorprendida por sus palabras".

Olvido polaco

Margareth Von Trotta, fiel a la memoria, y devota a la recreación de la vida de Rosa Luxemburgo, viajó a Polonia, país de origen de la ideóloga, en busca de una actriz polaca que hablase alemán capaz de representar para el cine a su compatriota. La directora regresó de Polonia con las manos vacías, decepcionada y con la impresión de que "Rosa es un nombre que pertenece a Occidente; no es muy querida en su país". La responsabilidad de encamar a la activista recayó entonces en la actriz Barbara Sukowa, protagonista de Las hermanas alemanas y de Lola, y ganadora de un premio en Cannes a la mejor actriz. Sobre su interpretación de Rosa Luxemburgo, Von Trotta apunta que "físicamente no se parece a Rosa, pero tiene carácter y poder de conven cimiento". La directora, que de mostró gozar de muy buen sentido del humor durante la presentación londinense del filme, considera que la teórica del socialismo fue "la primera víctima del fascismo que años más tarde se convertiría en el partido de Hitler".La directora alemana aborda toda la complejidad de la vida de Rosa Luxemburgo tomando como base dos vertientes: su vida privada y su carrera política. El resultado es una cinta de dos horas de duración, que su autora califica de "retrato íntimo y provocativo". "Aunque tiene un final trágico, así es la historia", dice Von Trotta, "Rosa fue una persona optimista, sus creencias, sus sentimientos y sus puntos de vista mantienen la ilusión de un mundo mejor".

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