De Rosales al cerro de la Plata
La idea de crear un planetario en Madrid fue importada por Enrique Tierno de su viaje a Berlín en octubre de 1980. A partir de entonces el proyecto fue desarrollado por el arquitecto Salvador Pérez Arroyo que diseño un edificio en función del sitio donde, en principio se iba a construir: detrás del templo de Debod, en el paseo de Rosales.Sin embargo, problemas económicos, por un lado, y una polémica sobre el emplazamiento elegido, por otro, retrasó la construcción. La Dirección General de Bellas Artes y diversos colectivos se mostraron contrarios a aquella ubicación y en septiembre de 1983 el proyecto comenzó a restructurarse para ser emplazado en una zona entonces utilizada como escombrera y basurero con fuertes terraplenes y llamada el Cerro de la Plata.
En el edificio, los visitantes, además de acudir a la sala central que está dotada de un proyector construido en la República Democrática Alemana, podrán recorrer la sala de vídeos y la sala de exposiciones, llamada Sala de Astrónomos, donde ayer se inauguraron dos muestras: una sobre aparatos e instrumentos astronómicos y otra sobre el cometa Halley. El equipamiento cuenta también con una pequeña biblioteca de información astrofísica y astronómica para aficionados. Anexa al planetario se levanta una torre de observación de 16 metros sobre la que se ha instalado un telescopio refractor situado en una cúpula de tres metros de diámetro con el fin de proyectar los rayos del sol.
El planetario madrileño no es de los mayores de Europa pues hay varios de 20 metros de diámetro, aunque sí es el mayor de España por delante de los dos de Barcelona -situados en el Museo de la Ciencia y en la Fundación Mediterránea- y el de La Coruña.
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