La asamblea de Cajamadrid lima las tensiones con la comunidad autónoma

La asamblea general de Cajamadrid, convocada para renovar los estatutos que permitirán elegir dentro de varios meses nuevos órganos rectores, aceptó en la tarde de ayer, a puerta cerrada, un acuerdo destinado a poner fin a las tensiones surgidas entre la comunidad autónoma y la mayoría del consejo de administración, partidaria de limitar la mayoría socialista dentro de los futuros órganos de las cajas. Una ponencia paritaria de consejeros de la caja y del Gobierno regional será la encargada de limar las diferencias.

El acuerdo había sido preparado por el Consejo de Administración de Cajamadrid, que hace varias semanas se negó a respaldar las posiciones atribuidas a la comunidad autónoma, cuyas competencias alcanzan la regulación y el control de las cajas de ahorro. Lo promovieron el presidente, Felipe Ruiz de Velasco, y el director general, Mateo Ruiz Oriol, quienes desde antes del verano han tratado de evitar cualquier enfrentamiento con el Gobierno regional y pretendían que la asamblea convocada para estudiar el proyecto de estatutos fuera breve y sin polémicas. Así ocurrió, porque una convocatoria emitida por el consejo para los días que fueran necesarios se resolvió en menos de media hora y sin debate.Pese a que el proyecto de estatutos enviado a los asambleístas mantiene criterios opuestos a los de la comunidad, el propio consejo del que salió propuso ayer, por boca de Ruiz de Velasco, la nueva fórmula de entendimiento. Ésta consiste en crear una comisión de cinco representantes del consejo y cinco del Gobierno regional para que estudien las 110 enmiendas presentadas ayer a la asamblea y modifiquen de común acuerdo el texto de los estatutos.

La asamblea fue a puerta cerrada y estuvo asistida por 148 de sus 176 miembros, quienes habían recibido una carta de Ruiz de Velasco dándoles cuenta de su posición. Éste les pidió ayer que eligieran la mejor fórmula para una caja que maneja un billón de pesetas de recursos ajenos y se presenta boyante (aumentó sus beneficios casi un 30% durante el primer semestre), bien administrada y con todo un potencial económico dentro de la región, según afirmó Ruiz de Velasco ante los asistentes, quienes aprobaron por asentimiento unánime sus propuestas sin iniciar el debate de las enmiendas.

Modificaciones

Las versiones recogidas a la salida de la asamblea apuntan también que la mitad de las enmiendas escritas fue presentada por el presidente y el director general con el fin de reconducir los estatutos redactados por el consejo hacia los deseos del Gobierno regional. Si prosperan, como en estos momentos admiten hasta los consejeros que encabezaban el desafío a la comunidad autónoma, el proyecto de estatutos será modificado de forma que el 40% de la asamblea y el consejo de Cajamadrid sea elegido dentro de varios meses por las corporaciones locales con criterios proporcionales que darán casi todos los puestos a socialistas y no de forma proporcional a la representación de cada grupo político en los grandes ayuntamientos donde opera la caja. La elección del resto de las representaciones -un 44%, de los impositores; el 11%, de la entidad fundadora, y el 5%, del personal- también dependerá del texto final que se pacte.

Uno de los representantes de las corporaciones locales en los órganos de la caja, Arsenio López Huerta, alcalde de Alcalá de Henares y secretario del consejo, declaró: "Lo que nos separa es poco, y estamos en disposición de lograr el acuerdo".

Otros asambleístas negaron que la solución acordada siga los pasos de la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, donde la negativa por dos veces, del consejo de administración a aceptar las posiciones del Gobierno regional, y también por éste de transigir con los deseos de la asamblea, se disiparon después de que los asambleístas delegaran en el consejo las formas de entendimiento.