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La ONU y Broadway, en la agenda del Monarca

Francisco G. Basterra

El rey Juan Carlos, que se entrevistará hoy por la tarde, en su hotel, con los presidentes de México, Miguel de la Madrid, y Costa Rica, Óscar Arias, y posiblemente con la presidenta de Filipinas, Cory Aquino, espera tener tiempo esta noche para acudir a Broadway, la calle de los teatros en Nueva York, para presenciar la comedia musical de moda. Hay entradas, encargadas por el consulado, para Me and my girl, de Robert Lindsay, que el crítico del The New York Times promete que le hará pasar "una noche de tremenda felicidad". Los diplomáticos españoles realizaban ayer intensas gestiones para cerrar la entrevista con Aquino, la verdadera estrella de esta asamblea.

Don Juan Carlos y doña Sofía no tuvieron ayer un momento libre para realizar actividades privadas o ir de compras. La Reinaes aficionada a visitar en cada desplazamiento a esta ciudad los famosos almacenes Bloomingdales, una especie de Corte Inglés local. Los deseos del Rey de tener algo de tiempo libre pueden verse frustrados si se confirma una posible entrevista aquí con el primer ministro francés, Jacques Chirac, por la que el Gobierno francés ha mostrado interés.

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Los Reyes, que abandonarán Nueva York mañana para llegar a Madrid en la mañana del jueves, se alojan en un hotel que no se encuentra, ni mucho menos, entre los más lujosos de Nueva York. Su suite en el Mayfair Regent cuesta 360 dólares diarios (unas 48.000 pesetas), bastante menos de los 2.000 dólares (alrededor de 268.000 pesetas) que costó el alojamiento diario de Felipe González en otra ocasión que visitó oficialmente Nueva York. A los Reyes, por motivos sentimentales -el conde de Barcelona y ellos mismos en anteriores visitas se han alojado en este hotel- les encanta el Mayfair.

Parece más un hotel familiar europeo, con un pequeño vestíbulo y un comedor recogido, en el que el séquito real, incluido el ministro de Asuntos Exteriores y su esposa, más la seguridad, ocupa dos pisos. La habitación sencilla del hotel está al alcance de bastantes mortales -190 dólares, lo que, para niveles de Nueva York, no es prohibitivo-. La seguridad de los Reyes está atendida por un equipo que viaja con ellos y que ha preparado la visita incluso sobre el terreno, desde hace semanas y por el servicio secreto norteamericano

Los Reyes, que llegaron el domingo acompañados por la princesa Irene, hermana de doña Sofía, y por Simeón de Bulgaria y su esposa, Margarita Gómez Acebo, que tienen hijos estudiando en Nueva York, salieron a cenar esa noche. Esta pareja es amiga íntima de los Reyes. El embajador ante la ONU, Fernando Morán, había elegido un restaurante al que asisten los amantes de la ópera tras los conciertos, el Russian Tea Room, que está junto a la famosa sala de conciertos Carnegie Hall. La cena fue muy reducida: los Reyes, los embajadores de España ante la ONU y en Washington y sus esposas.

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Ésta ha sido la única actividad lúdica realizada hasta el momento por el Rey en Nueva York. Ayer fue una jornada llena de actos oficiales. Al almuerzo, ofrecido por el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, al Rey y a otros jefes de Estado que se encuentran aquí, siguió una recepción a los embajadores ante la organización, personalidades de Nueva York y una representación de la colonia española en la ciudad.

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