Los organizadores del concierto de Sinatra piden 100 millones a TVE por su emisión

Los organizadores del concierto de Frank Sinatra piden a TVE 100 millones de pesetas por la grabación de la gala y su emisión en diferido 20 días después de celebrarse. La contraoferta de los responsables musicales de TVE consiste en una cantidad no superior a los cinco millones de pesetas y la emisión libre, aunque sea en diferido. Dadas las abismales diferencias entre ambas partes, parece que el concierto no será televisado.

La disparidad de criterios en el aspecto económico y en el plazo de emisión no impidieron que ayer jueves ambas partes señalaran que siguen dispuestas a negociar.Angel Luis Ramírez, responsable de la programación musical de TVE, precisó ayer que la oferta y contraoferta mencionadas se produjeron hace dos semanas, antes de que las entradas del concierto se pusieran a la venta, y que desde entonces no se han producido nuevas conversaciones, aunque suponía que éstas se reanudarían en los próximos días. Por el contrario, ya ha sido confirmado que el concierto que La voz ofrecerá en Milán el día 27 será retransmitido por las cámaras de la RAI.

La máxima preocupación de los organizadores del concierto de Sinatra en España, el próximo 25, se centra estos días en cubrir el aforo de las 70.000 plazas de que dispone el estadio Santiago Bernabéu. Con una semana de antelación, ya ha sido vendido el 50% de las localidades, y se espera cubrir el resto en los próximos días, según los organizadores.

El precio de las entradas se ha visto modificado respecto a lo que uno de los organizadores, Alex Zara, anunció el pasado 3 de septiembre durante la conferencia de prensa que ofreció en Madrid el abogado de Sinatra, Milton A. Runi. En aquella ocasión, Zara afirmó que las 102 plazas de la primera fila se habían vendido a 80.000 pesetas. Ayer, el jefe de prensa de la organización, José María de Juana, aseguró que las declaraciones de Zara fueron producto de la euforia del momento, pero que las entradas más caras cuestan 50.000 pesetas -al igual que en su concierto italiano- y cubren 943 localidades, que aún no han sido totalmente vendidas.

De Juana aseguró también que no es cierto que los representantes de Sinatra hayan exigido la anulación de la venta de entradas a 80.000 pesetas, "porque no hay ninguna cláusula del contrato donde se hable de los precios de las localidades. Los organizadores ponen los precios que consideran convenientes". Por lo demás, los preparativos de esta única gala española están prácticamente ultimados. El recital de La voz empezará a las nueve de la noche y será presentado por el locutor José Luis Uribarri. Interpretará 20 temas durante hora y media. El cantante, que suele adaptar su programa a los gustos del público ante el que actúa, ha pedido una lista con sus canciones más conocidas en España, que con toda probabilidad serán las que engrosen su recital español.

William Willer ha sido el maestro elegido para dirigir a los 37 músicos de la Real Orquesta Filarmónica de Londres, que acompañará a Sinatra durante su actuación.

El escenario para la actuación. será montado sobre el fondo surdel estadio. Situado a tres metros de altura del suelo, tendrá, 40 metros de ancho, 16,5 de fondo y 18 de alto. La primera fila de localidades estará situada a seis metros de distancia. Sobre el escenario será colocada una pantalla de 75 metros cuadrados. La actuación se reflejará también en las pantallas de los marcadores electrónicos del estadio.

Seguridad

La seguridad ha sido encomendada a 200 vigilantes, contratados por la empresa organizadora de la gala, que trabajarán en colaboración con la Policía Nacional y Municipal. El césped será protegido con una moqueta de 6.000 metros cuadrados y de espesor suficiente como para garantizar que no se repitan los destrozos sufridos en otro tipo de acontecimientos similares.Frank Sinatra llegará a Madrid durante la noche del martes 23, un día después de lo anunciado, en un vuelo privado procedente de Las Vegas. El día 24 ofrecerá una conferencia de prensa en el hotel Ritz, con la exigencia de que en la sala no haya más de 40 periodistas.