Identidad e impostura
Endosado entre el Día de Asturias y la Diada de Cataluña, el artículo de Alejandro Gándara (Identidad e impostura, 9 de septiembre) se me antoja un buen ejemplo, de la línea que prefiere EL PAÍS, por desgracia, en el tema autonómico.Veamos: ¿puede la identidad de un pueblo brotar directamente de la compulsión y del esfuerzo por adquirirla? Respuesta: sí. De lo conirario no brotará. Sencilla e indirectamente, se la impondrán. El señor Gándara, que acaba hablando de paradojas, es víctima de la conocida paradoja de la espontaneidad. Si el movimiento social o cultural x surge en contra de mi gusto e ideas, entonces es artificial; pero si lo hace a favor, entonces es natural y la flor de lo espontáneo. La cuestión reside en la justicia de la lucha cultural de las autonomías -a la que el articulista se refiere peyorativamente-, y en cómo convertirla en un bien compartido o al menos aceptado. Decir -y si cuela, cuela- que el Estado de las autonomías "no pasa de ser una división administrativa" es mucha jeta, y va de lleno en contra de cualquier interpretación, por restricta que sea, del pacto constitucional. Pienso yo, con un montón de gente, que de la construcción política de ese Estado pueden salir algunas de las más importantes y necesarias contribuciones de España a la unidad de Europa. El señor Gándara prefiere, por lo visto, acudir en auxilio de un estado de cosas dominante, que en esto como en otros temas se ha quedado a medio camino. Pero el desideratum posible está más allá. En una sociedad plurilingüe nada de particular tiene que se rescaten lenguas. Será que estaban secuestradas y/o ruinosas (como el asturiano, cuya cita expresa ronda y elude Gángara todo el rato). Nada tiene de particular que los guardias de Andalucía lleguen a vestir turbante. Depende de que quieran y sobre todo de que quieran ser de allí. Lo que resulta raro es la proliferación de varias capas de cuerpos policiales en perpetuo régimen de traslado funcionarial. Por ahí podría pensar el señor Gándara algunas iniciativas de las que echa en falta en el folclor.-