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CIENCIA

Un destacado científico francés deja por ética unas investigaciones sobre manipulación de genes

Soledad Gallego-Díaz

El padre del primer niño probeta de Francia, el biólogo Jacques Testart, del hospital Beclere, ha anunciado que abandona sus investigaciones sobre determinadas manipulaciones genéticas, y en especial, las destinadas a determinar el sexo de un embrión humano congelado. Su renuncia, apoyada en razones éticas, ha coincidido con la noticia, hecha pública ayer, de que un equipo del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INRA) ha sido capaz, por prirnera vez en el mundo, de preparar un análisis que permite determinar el sexo de un embrión bovino.

La polémica sobre las nuevas técnicas de fecundación y sobre los límites a que debe ajustarse la investigación sobre manipulaciones genéticas ha saltado a la opinión pública en Francia gracias al grito de alarma de Testart, uno de los especialistas más famosos del país. El biólogo afirma que está muy inquieto por la rapidez con la que se están produciendo nuevos descubrimientos, y por la falta de reflexión que suscitan no sólo en medios científicos sino también en otros sectores de la sociedad que deberían sentirse afectados.

Especie humana

"El procedimiento puesto a punto por el INRA -señala- no puede ser aplicado todavía a la especie humana, pero la historia demuestra claramente que el paso del animal al hombre se realiza con gran rapidez, incluso con más rapidez de la que prevén los propios científicos. No es difícil predecir que pronto se podrá saber el sexo de un embrión humano y dirigir consecuentemente el nacimiento de niños y niñas".Jacques Testart afirma que no le preocupa la perspectiva de abortos realizados en probetas ni la posibilidad de que se produzca un desequilibrio estadístico entre hombres y mujeres. "Todos los estudios realizados hasta ahora demuestran que aun asi seguira existiendo un equilibrio global", asegura. Lo inquietante es la posibilidad de que los biólogos lleguen a preparar embriones "a la carta" en los que no sólo se garantice un sexo determinado sino también otra serie de requisitos.

Testart, que publicará este mes un libro titulado L'oeuf transparent (que se puede traducir como El óvulo transparente), protesta contra la desaparición del azar como un factor biológico fundamental y la exigencia cada vez mayor de seguridad. "Podemos encontrarnos un día -escribe en su libro- con niños elegidos como se elige un perro en una perrera: color del pelo, altura de las patas, forma de las orejas o aptitud para la caza".

El científico francés se queja de la lentitud con la que trabaja el llamado Comité Nacional de Ética, al que recurren los especialistas que lo desean para solicitar consejo, y hace un llamamiento para abrir un período de reflexión. Testart sigue siendo un firme partidario de la fecundación in vitro, que permite tener hijos a parejas estériles, y de un cierto número de manipulaciones que ayuden a suprimir enfermedades de transmisión genética o malformaciones del feto. Las técnicas de fecundación con embriones congelados han sido perfeccionadas y en Francia existen ya 205 bebés probeta. "Pienso proseguir las investigaciones, pero interrumpiré las que puedan llevar a un cambio radical de la persona", explica.

Los especialistas del INRA, que han descubierto un método para identificar en el laboratorio el sexo de un embrión de vaca, aseguran, por su parte, que el procedimiento coloca a Francia como líder en el sector de la investigación y la mejora genética de la ganadería.

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