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ALBACETE

Torneo medieval

El toro, manso y distraído como todos los de la corrida, salía suelto, pero el caballero tocado con castoreño le perseguía a lanzazos, y aquello semejaba un torneo medieval. Hasta seis veces se repitió la escena.Tal vez el descastado ganado que se lidió sirviera para torneos en la Edad Media, pero no para un festejo taurino. Frente a estos toros, los diestros pusieron voluntad. Joselito, que banderilleó con Iucimiento, puso además valor, justificándose de sobra. Fue el único que intervino en varios quites artísticos.

Ortega Cano sometió al segundo y lo enseñó a embestir, sacándole, pases sueltos plenos de ortodoxia y tres naturales de cartel. En el quinto intentó el toreo, pero a su labor le faltó unidad y mejor conocimiento de los terrenos.

Sánchez / Niño de la Capea, Ortega Cano, Joselito

Cinco toros de Ramón Sánchez y 6º de Fermín Bohórquez, de discretaPresentación y descastados. Niño de la Capea: silencio en los dos. Ortega Cano: aviso y vuelta; aviso y palmas. Joselito: palmas; ovación. Plaza de Albacete, 11 de septiembre. Tercera corrida de feria.

Niño de la Capea vino de paso. Se movió en su línea: violento, citando al hilo del pitón, pegando zapatillazos. Y, por supuesto, corriendo, entre pase y pase, medio maratón. El día que en los toros se otorguen los trofeos por los kilómetros recorridos, el Niño de la Capea será el número uno.

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