en la investigación

María Elisabeth Huertas Sánchez, nacida hace 32 años en el madrileño barrio de Chamberí y desde junio de 1983 titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Bilbao, asegura que en las diligencias por presuntas torturas contra Tomás Linaza Euba, "no se ha producido ninguna irregularidad". Como demostración de lo que dice recuerda que "hasta hoy [por ayer] nadie las ha recurrido: ni el fiscal ni las partes". La citación de numerosos guardias civiles es la culminación de una investigación que dura ya más de año y medio y que proseguirá. "Mi intención es seguir investigando", dice.La juez inició su carrera en Granadilla de Abona e Icod de los Vinos, en Tenerife, en 1983 fue destinada a Bilbao, "a petición propia", dice. "Quería conocer cómo era el País Vasco por dentro". La investigación sobre las presuntas torturas a Linaza procedía de la jurisdicción militar, donde se desarrolló sin éxito la investigación, hasta que, a principio de 1984, le correspondió a este juzgado, cuya titular la impulsó.

La magistrada se niega a informar sobre la investigación sumarial, de la que sólo dice que "está dividida en tres piezas, para que sea más manejable". Fuentes jurídicas próximas al caso aseguran, por su parte, que a las citaciones masivas de guardias civiles se llegó sólo después de que los listados facilitados por los mandos del cuerpo sobre los funcionarios que intervinieron en la custodia o interrogatorio del detenido presentaran numerosas anomalías.

Lo que no tiene inconveniente en afirmar la juez Huertas es que las ruedas de reconocimiento se han realizado siempre "con todas las garantías para los guardias civiles, entre otras las de acudir acompañados de personas de características semejantes y sin posibilidad de ser vistos por el denunciante antes del momento formal de la rueda".

La juez María Elisabeth Huertas, soltera, rechaza la denominación de jueza con que pretenden obsequiarla sus compañeros de Jueces para la Democracia, como propia, dice, de "la mujer del juez".