Francia pide a la ONU protección para sus soldados
El Gobierno francés se dirigió ayer, una vez más, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que "examine con toda urgencia" la situación de los cascos azules en el sur de Líbano [El representante permanente de Francia ante la ONU, Claude de Kemoularia, pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad para debatir esta cuestión, según informaron en Nueva York fuentes diplomáticas. Las fuentes estimaron que la reunión puede efectuarse esta misma mañana.]París no puede soportar por mucho tiempo un goteo permanente de muertos y heridos, pero tampoco está dispuesto a retirarse unilateralmente, porque supondría perder influencia en un país de tradición francófona y ceder a las presiones de los grupos shiíes, que quieren eliminar completamente la presencia francesa en Líbano. París afirma que, aunque sus soldados son prácticamente los únicos objeto de atentados, el problema afecta a la FINUL -cascos azules destacados en Líbano- en su conjunto, y que si la ONU no consigue protegerla, lo mejor es ordenar una retirada total y no sólo francesa.
En un comunicado oficial hecho público ayer, el Ministerio de Asuntos Exteriores señala que "las nuevas pérdidas que acaba de sufrir el contingente francés confirman las condiciones de inseguridad en las que operan cotidianamente los soldados de la FINUL". El comunicado añade: "Esperamos que la ONU adopte sin pérdida de tiempo, y en contacto con el Gobierno libanés, las medidas que permitan a dicha fuerza ejercer su misión en las indispensables condiciones de eficacia y seguridad".
Compromiso con Líbano
El presidente francés, François Mitterrand, señaló, por su parte, que desea que la FINUL "mantenga su misión, reforzada y mejor organizada". Mitterrand recibió ayer al presidente del Parlamento libanés, Hussein Husseini, quien aseguró que las fuerzas de las Naciones Unidas cumplen un "papel insustituible" y pidió que Francia mantenga su contingente militar. "Hemos sufrido un centenar de muertos. Hay además varios franceses secuestrados. Nada de esto va a cambiar nuestro compromiso con Líbano ni con la búsqueda de un proceso de paz en Oriente Próximo, pero estamos obligados a proteger la vida y la libertad de los nuestros", respondió el presidente Mitterrand.
Los políticos franceses tienen cada vez más la impresión de que Líbano se ha convertido en una verdadera trampa de la que es difícil salir sin perder demasiado la cara.
Primero fue el atentado de 1983 contra el contingente francés que estaba estacionado en Beirut y que causó más de 70 muertos; luego, el secuestro de siete compatriotas, que se encuentran todavía en manos de Yihad Islámica, y ahora, los ataques continuos contra los 1.400 soldados que integran la FINUL y que han provocado ya 10 muertos y varias decenas de heridos.
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