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Miembros de la Ertzantza acudieron a mediados de agosto a la central de Zarauz para 'pinchar' teléfonos

Funcionarios de la policía autonómica vasca (Ertzantza) se personaron el 18 o 19 de agosto en la subcentral telefónica de Zarauz provistos del correspondiente mandamiento judicial que les autorizaba a intervenir determinados números, según indicaron ayer fuentes de la compañía telefónica consultadas por este periódico. Fuentes de la Ertzantza se negaron ayer a hacer declaraciones alegando que el tema está bajo secreto sumarial.La manipulación en la línea de Carlos Garaikoetxea se circunscribe exclusivamente a la conexión establecida entre las líneas del ex lendakari y del vecino de Orío, Luis Olaskoaga, precisaron las mismas fuentes. Esta manipulación fue detectada en la subcentral de Zarauz el día 20 de dicho mes, al día siguiente de que ambos abonados descubrieran la interferencia mutua de sus teléfonos.

Portavoces del sector crítico del PNV descartan, por otra parte, que Luis Olaskoaga pueda estar involucrado voluntariamente en el supuesto intento de escucha y técnicos de la compañía sostienen que el montaje descubierto en la subcentral de Zarauz, un simple puente atribuido a individuos inexpertos en la materia o simplemente interesados en el escándalo, impedía de hecho realizar una verdadera escucha del teléfono del ex lendakari.

El dato facilitado por la familia Olaskoaga, que sitúa el inicío de las interferencias en la tarde del martes, entre las 16.00 y las 17.00 horas, sugiere a algunos técnicos la teoría de que los autores de la manipulación debieron penetrar en la subcentral de Zarauz poco después de que fuera abandonada por los empleados que finalizan su jornada laboral sobre las 15.15 horas. Esta hipótesis desplaza la atención a su vez sobre aquellas personas que disponen de la llave de la central de la Telefónica en Zarauz cuya cerradura de seguridad no ha sido forzada. Se sabe que los empleados destinados a los servicios de control disponen de llaves maestras que les permiten acceder a las instalaciones de cada área e incluso de toda la provincia y los trabajadores sospechan que también las policías poseen sus propias llaves.

Con mandamiento judicial

Portavoces de la compañía indicaron días atrás, sin precisar nada más, que la empresa facilita el acceso de los funcionarios policiales a sus instalaciones a cualquier hora del día y de la noche siempre que exista mandamiento judicial. Como es práctica habitual en la Telefónica de Euskadi, los empleados de la compañía en la subcentral de Zarauz abandonaron las instalaciones en el momento en que los ertzainas empezaron a operar la terminal de las líneas.La conexión que permite a las distintas policías registrar desde sus comisarías o cuarteles las conversaciones de los teléfonos intervenidos se realiza en la práctica sin testigos, sin otro control que el que eventualmente pudieran ejercer el juez y la propia compañía.

En el caso de la intervención de los teléfonos de sospechosos de actividades terroristas, el control es todavía más remoto habida cuenta de que los jueces competentes pertenecen a la Audiencia Nacional, en Madrid. De acuerdo con el procedimiento habitual los jueces dictan dos mandamientos judiciales: uno para la policía autorizándole a intervenir determinado número, y otro para la compañía, ordenándole que facilite esta operación.

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La central comunica a las subcentrales la llegada de los policías encargados de la manipulación y provee a éstos del distintivo obligado para transitar pos las dependencias de la compañía. Los empleados de las subcentrales les franquean la entrada ante la simple presentación del distintivo sin preguntarles a qué cuerpo policial pertenecen, y a continuación abandonan la terminal permitiéndoles operar sin testigos. Los empleados de las subcentrales de la Telefónica no disponen de un registro de los números intervenidos y la supervisión de las líneas se realiza por exigencias meramente técnicas o en los casos de avería.

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