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La crisis de Asturias / 3

Un pozo sin fondo

Hunosa, que sobrevive por las subvenciones del Estado, no cumple la producción pactada

Asturias, una región con abundantes recursos naturales, atraviesa una crisis industrial que se agrava al tener que hacer frente a las secuelas del ingreso en la Comunidad Europea. Uno de los rasgos fundamentales de la actividad económica del Principado es su enorme dependencia del sector público, con dos grandes empresas, Ensidesa y Hunosa, que acaparan toda la atención. Este otoño precisamente comenzarán las negociaciones para debatir el futuro de Hulleras del Norte.

La minería en Asturias es Hulleras del Norte, SA (Hunosa), que emplea a 20.957 de los 30.000 trabajadores de este sector en el Principado. Hunosa es una de las empresas más peculiares del Instituto Nacional de Industria (INI). En los pozos de Hunosa se extrae como en el resto de las cuencas del Caudal y Nalón, hulla, principalmente. En la zona de Cangas de Narcea, antracita, explotada por empresas privadas.Hunosa se creó en 1967 como empresa nacionalizada al integrar 18 sociedades privadas para las que el carbón había dejado de ser rentable. Desde entonces, Hunosa es la primera empresa española en. su género y sobrevive por las subvenciones de los Presupuestos Generales del Estado. En 1985 recibió 26.033,3 millones de pesetas de subvención directa, y su cuenta de resultados arrojó, además 8.399,8 millones de pérdidas. El erario público tiene que hacerse cargo de más de 34.000 millones de pesetas, de los cuales sólo 25.000 estaban aceptados en un contrato-programa firmado con anterioridad. En 1985 los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Asturias fueron 29.917 millones de pesetas, menor que las pérdidas de la empresa minera en el mismo periodo.

Hunosa se ha regido en los dos últimos años y en el actual por el denominado plan trienal, firmado por el SOMA-UGT y las asociaciones profesionales, y rechazado por CC OO y otras centrales obreras. El plan establece unos objetivos de producción que en 1984 llegaron al 99,5%, pero que en 1985 no se alcanzó más que un 88%, es decir, 3.146.990 toneladas frente a las 3.660.349 previstas.

El plan trienal supone que, a cambio de las producciones pactadas, el Estado subvencionaría por medio de un contrato-programa con 76.000 millones de pesetas durante ese período a la empresa, invertiría 22.000 millones más y se emplearía a 3.000 nuevas personas. Las subvenciones se han recibido con normalidad -los 25.000 millones citados anteriormente corresponden a 1985-, y los puestos de trabajo se han creado, pero la producción no. En 1986 se cree que tampoco se cumplirá.

Pero a falta de casi medio año para terminar en 1986 el plan trienal, todos se preparan para negociar el plan estratégico a largo plazo. Comisiones Obreras hubiera preferido que el acuerdo se hubiese alcanzado antes de celebradas las elecciones generales. Sectores a la izquierda del PSOE e incluso la Federación Estatal Minera de UGT -enfrentada con el SOMA-UGT, que tiene su mayor poder en Hunosa- han insistido en que el Gobierno pretende realizar un plan de reconversión que puede dejar sin trabajo a 5.000 mineros. Dirigentes del INI, del PSOE, del SOMA-UGT y del Gobierno asturiano lo han desmentido una y otra vez.

Lo que pretenden Hunosa, el INI y el Gobierno con la empresa hullera no se sabrá hasta que se inicien los contactos del plan a largo plazo. Juan Tesoro, presidente de la empresa, ha advertido que "la crisis de Hunosa no es una crisis coyuntural, como la del sector naval o siderúrgico. Esta empresa ha tenido siempre números rojos y los seguirá teniendo". Felipe González, en un mitin de la campaña electoral, se comprometió en Oviedo a defender la minería.

Hunosa, además de acumular pérdidas, de ser "la empresa que padece la conflictividad persistente mayor del mundo", en palabras de su presidente, de disponer de unas capas de carbón vertical que exigen un trabajo enorme de los mineros para extraerlo, no sabe con exactitud dónde está su frontera. Desde la victoria socialista en 1982 se ha hablado con insistencia de que las reservas de las minas asturianas llegarán sólo al año 2000 o poco más; además, el carbón es cada vez menos competitivo frente al petróleo, si bien España tiene que importar este mineral y Hunosa tiene más demanda de lo que puede producir. Todo esto saldrá a relucir en la negociación del plan estratégico o de reestructuración hasta el año 2.000.

Asunto principal

Hunosa es el asunto principal de los asturianos cuando regresen de vacaciones. Tesoro ha advertido que "de ningún modo el plan estratégico supondrá medidas traumáticas". Hunosa ya ha presentado ante el INI los estudios previos al plan a largo plazo. La dirección considera imprescindible alcanzar un pacto con la Administración y los sindicatos que lo hagan viable. Cualquier solución que no permita un consenso entre todas las partes condenará al fracaso el fracaso, el más ambicioso de cuantos se han planteado para Hunosa.

Hunosa es conocida por muchas fácetas, pero sobre todo por dos: los accidentes y la conflictividad. Los accidentes tuvieron un año negro en 1985 y no fueron sólo en la empresa pública. La conflictividad es tal que "en 1985 se dejaron de producir por esa causa 320.000 toneladas de carbón. En todo el año hubo sólo 10 días de normalidad absoluta", según declaraciones de Juan Tesoro al presentar la cuenta de resultados.

La huelga en la minería es tan frecuente y por motivos tan dispares que muchas veces ha dejado de ser noticia. Hunosa es una de las empresas con mayor grado de afiliación de su personal a centrales sindicales -alrededor del 90%-, que desarrollan una intensa actividad -en el pasado año se celebraron unas 2.000 reuniones oficiales, según datos difundidos recientemente en la Prensa asturiana- y que no pocas veces actúan siguiendo instrucciones políticas.

Hunosa es, por sus características, un terreno abonado para la experimentación política y sindícal. La historia sitúa a los mineros en la vanguardia de la lucha por la mejora de sus condiciones de vida, tradición que no se ha perdido con el paso de los años. Los complicados yacimientos de las cuencas asturianas, en las que arrancar el carbón es un trabajo de una dificultad que sólo se puede apreciar observándola desde cerca, han generado un tipo de trabajador muy solidario y muy sensible a cualquier reivindicación. Por eso Hunosa es una empresa peculiar.

La minería, pese al alto coste de su mantenimiento, tiene una gran importancia estratégica como fuente de energía, pero es aún mayor su importancia social por la cantidad de puestos de trabajo que Renera.

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