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Bloqueo informativo en las conversaciones iniciadas ayer en Moscú entre norteamericanos y soviéticos

Pilar Bonet

Las delegaciones del alto rango, integradas por expertos en desarme soviéticos y norteamericanos, comenzaron ayer por la mañana sus conversaciones en una apartada mansión moscovita, donde permanecieron a lo largo de todo el día, tras haber impuesto un bloqueo informativo sobre lo que allí se trata. Las conversaciones están destinadas a acelerar un eventual acuerdo de armamento que allanará el camino hacia la próxima cumbre entre los líderes de ambas potencias, para la cual no se ha fijado todavía fecha.

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Un paso importante según la Casa Blanca

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijail Gorbachov acordaron en noviembre de 1985, en Ginebra, volver a reunirse este año en Estados Unidos, y el año próximo en la URSS.El jefe de la delegación soviética, Víctor Karpov, que dirige el equipo negociador de la URSS en las conversaciones de Ginebra sobre armas nucleares y espaciales, manifestó ayer a un periodista de televisión norteamericano que la URSS "hará cualquier cosa" para que se celebre una nueva cumbre, y acusó a EE UU de no parecer interesarse por el control de armamentos. Moscú trata de lograr alguna garantía de que se llegará a un acuerdo en materia de desarme antes de poner fecha al encuentro de los dos líderes, que deben preparar el próximo septiembre los jefes de la diplomacia soviética y norteamericana, Edvard Shevardnadze y George Shultz, respectivamente.

Karpov se negó a dar detalles sobre la reunión iniciada ayer, que en principio estaba programada para dos días y tiene carácter confidencial. El funcionario señaló que las delegaciones "tomarán todo el tiempo que sea necesario". Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS -organismo que administra la mansión donde se celebran las negociaciones- indicó la posibilidad de que éstas duren tres días.

La delegación norteamericana está presidida por Paul Nitze, asesor especial de Reagan sobre temas de control de armamentos. Entre los siete miembros de los que consta la delegación están los tres negociadores norteamericanos de las conversaciones de Ginebra, además del vicesecretario de Defensa, Richard Perle, y el asesor presidencial de control de armamentos, Edward Rowney delegación soviética, más reducida que la norteamericana, está formada por Alexei Obujov, negociador jefe en armas estratégicas en Ginebra; el coronel-general Nikolai Chervov y el asescir militar Nikolai Detinov. Karpov insistió ayer ante la televisión norteamericana en la importancia de negociar un tratado que prohíbalas pruebas nucleares.

La URSS emprendió en agosto de 1985 una moratoria unilateral sobre las pruebas nucleares que expiraba el pasado 6 de agosto. Por el momento los representantes soviéticos no han indicado si la moratoria se prolonga o no. Karpov dijo ayer que es "muy importante" resolver "el problema" de la prohibición de las pruebas nucleares, y reiteró la "solución" propuesta a los norteamericanos, a saber: "una prohibición total" y una incorporación de los norteamericanos a la interrupción de las pruebas.

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Karpov afirmó que la propuesta de prohibir las pruebas nucleares realizada por la URSS busca acelerar las conversaciones de desarme, y señaló que los "norteamericanos tienen otra actitud respecto a esto". Al preguntársele si afirmaba que EE UU no quiere el desarme, Karpov dijo que "así lo parece si se ponen juntas todas estas cosas".

La Prensa soviética ha dado una cobertura mínima a las conversaciones, que fueron anunciadas la semana pasada, pero cuyo comienzo no aparecía ayer ni en Izveztia, el diario del Gobierno, ni en Pravda, el órgano del partido, que son los dos únicos diarios centrales que aparecen los lunes. El servicio en inglés de la radio moscovita informó de la llegada de la delegación norteamericana, que no fue recibida por ningún representante del Kremlin al aterrizar en Moscú, el pasado domingo. Izveztia publicaba ayer un comentario sobre las próximas elecciones norteamericanas, para las que faltan más de dos años. El periódico afirmaba que el silencio de Reagan sobre los pretendientes republicanos podría indicar que el presidente no estaría en contra de quedarse en la Casa Blanca durante un tercer mandato.

Durante los últimos días, los medios de comunicación de la URSS han atacado la respuesta de Reagan a la carta que fue enviada el pasado junio por Gorbachov. Éste había propuesto prolongar durante 15 años el tratado sobre misiles antibalísticos (ABM), que cierra el paso al desarrollo de la SDI, a cambio de un recorte del 30% en los arsenales nucleares. La respuesta de Reagan, que no ha sido divulgada, parece no ceder en el tema de la SDI, aunque prevé compartir el sistema con Moscú.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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