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La operación reformista

LA VANGUARDIA( ... ) Yo recuerdo haber dado hace años una conferencia en el Club Siglo XXI en la que dije que si Cataluña se quiere marchar no se la deja, pero si Cataluña quiere mandar en España no se le permite. Se ha visto que eso es así y la operación reformista era una aventura condenada de antemano al fracaso y que por sus dramáticos resultados nos obligará a negociar de ahora en adelante en condiciones de inferioridad nunca vistas desde 193 1. No olvidemos que entonces Maciá tuvo que tomar el relevo de Cambó para volver a un cierto equilibrio de fuerzas. Todo lo que se haga para buscar explicaciones, excusas y justificaciones a nuestra evidente derrota no tiene sentido, porque el hecho que debiéramos haber previsto es que por un motivo u otro, o por todos a la vez, la derrota se daría inevitablemente, como efectivamente se dio. ¿Qué necesidad había de ponernos en evidencia?Que Cataluña sigue maltratada por el Estado español es un hecho. Que mientras el Estado borbónico y jacobino no haga justicia a Cataluña, España no estará resuelta, me parece claro. Pero en el mundo de hoy esto se enfoca negociando desde posiciones de fuerza democrática en Cataluña y no perdiendo batallas en tierras lejanas frente al pueblo español, que, bien enfocadas las cosas, debiera ser, en parte por lo menos, nuestro aliado contra el Estado centralista y autoritario que ha debilitado a Castilla tanto como al que más.

Los errores de análisis se pagan. Para negociar con éxito en la situación actual son necesarias dos cosas: olvidarse del odio visceral de algunos para con los socialistas y ser fuertes, entre todos, en Cataluña: municipios, diputaciones, CMB, universidades, etcétera. Esto nos hubiera hecho fuertes en Madrid, mucho más que unos pocos diputados más o menos del PSC o de CDC que nada pueden frente a una mayoría absoluta del PSOE. En vez de esto se han gastado los mejores hombres y miles de millones de pesetas en demostrar a tirios y troyanos que políticamente, fuera de Cataluña, el catalanismo y sus hombres no son absolutamente nadie. Mejor sería, me parece, desde nuestra fuerza en Cataluña, ir a buscar por tierras castellanas aliados, para que Cataluña y Castilla, desde sus propias personalidades, respetadas y reforzadas, puedan encontrar algunos puntos de coincidencia que justifiquen un Estado español común dentro de la diversidad. Pero cada uno en su casa.

Me parece que fue Churchill quien dijo en los momentos difíciles de la 11 Guerra Mundial que, de derrota en derrota, llevaría a Inglaterra a la victoria final. ¡Mucho cuidado! No sea que en Cataluña, de victoria en victoria, vayamos a la derrota final y definitiva. Ramón Trias Fargas 8 de agosto

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