El Congreso apoya la propuesta de Reagan para no limitar la importación de calzado y textiles

El Congreso norteamericano se opuso, por 276 votos contra 49, a la propuesta para imponer restricciones de hasta un 30% a las importaciones de calzados, textiles y otros productos de confección. El presidente Reagan se había opuesto a que estas medidas llegaran a aplicarse, subrayando en diversas ocasiones que "proteccionismo equivale a destruccionismo".

Tanto Congreso cómo Senado necesitaban apoyar por dos tercios esta propuesta, denominada Jenkins Bill -nombre de su impulsor-, para convertir esas restricciones en ley y superar de esta forma el veto de Reagan. La derrota de la propuesta en el Congreso da al presidente, probablemente, su mayor éxito hasta ahora en el campo de la política comercial.

El secretario del Tesoro, James Baker, ha declarado que Estados Unidos podría introducir radicales medidas de proteccionismo como consecuencia de su elevado déficit comercial, aunque ello podría desatar una guerra comercial a gran escala. Los grupos de presión del sector han insistido en que estas medidas restrictivas son necesarias para asegurar el mantenimiento de 550.000 puestos de trabajo en los próximos seis años.

Según Reagan, la imposición de recortes a las importaciones de productos confeccionados representará un coste adicional de 44.000 millones de dólares para los consumidores norteamericanos y llevará aparejado una serie de represalias contra las exportaciones de productos agrícolas norteamericanos. "Si iniciamos una guerra comercial a gran escala, no creo que vayamos a ganar", señaló James Baker ante un grupo de líderes republicanos en el Congreso.

Clayton Yeutter, representante estadounidense para el Comercio, puso de manifiesto que la industria norteamericana del sector es la más protegida y no debería obtener más ayudas mediante la imposición de obstáculos a las importaciones de productos más baratos.