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La presencia vietnamita en Camboya, principal preocupación de Bangkok

La presencia de unos 150.000 soldados vietnamitas en permanente lucha contra la guerrilla camboyana en la zona fronteriza entre Camboya y Tailandia constituye el principal motivo de inquietud para el Gobierno de Bangkok del primer ministro Prem Tinsulanonda. Éste es también uno de los principales temas de la campaña electoral con vistas a los comicios que se celebran mañana para la elección de una nueva Cámara de Representantes.

Los militares tailandeses, presentes en casi todos los partidos y verdaderos árbitros de la vida política, son partidarios de mantener una actitud de firmeza en relación con Vietnam. El Gobierno tailandés, presidido por Prem Tinsulanonda, ex comandante en jefe de las fuerzas armadas tailandesas, pide la retirada de todas las tropas vietnamitas de Camboya, apoya a los ocho grupos que integran la coalición de la resistencia camboyana, entre los que se encuentra el de los jemeres rojos, que preside el príncipe Norodom Sihariuk.El líder del Partido Demócrata tailandés, el actual viceprimer ministro, Bhichai Rattakul, promete, en caso de lograr el puesto de primer ministro, realizar una política de mayor "flexibilidad" respecto al conflicto camboyano. Según afirmó recientemente Bhichai en Bangkok, "Ia mejor base para la seguridad de Tailandia radica en la mejora de las relaciones con Vietnam, Camboya y Laos".

Temor entre los militares

No todos los dirigentes militares tailandeses -verdaderos árbitros de la política de este país- comparten este punto de vista. La mayor parte teme por la seguridad nacional y considera la posibilidad de que Tailandia se convierta en una presa de la extensión comunista en la zona, tras Camboya y Laos.La ocupación de Camboya por parte de Vietnam, ocurrida a principios de 1979, lanzó a unos 200.000 refugiados camboyanos hacia el territorio tailandés, principalmente en la zona de Aranyaprathet. Ello creó serios problemas económicos a Tailandia, que sufraga, con el apoyo de las Naciones Unidas y de los países occidentales, el peso de los refugiados. A ello hay que añadir las escaramuzas entre el Ejército de Tailandia y tropas vietnamitas, debido a la actividad casi diaria le la guerrilla camboyana, en articular la de los temibles jemeres rojos, contra las tropas de Hanoi.

En el contexto internacional, Tailandia pide -junto a los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN)- la retirada de las tropas vietnamitas de Camboya y la aplicación del acuerdo de ocho puntos elaborado por la resistencia camboyana para lograr una solución al conflicto.

Estados Unidos apoya estas propuestas y, además, aportar una ayuda de 3,4 millones de dólares (unos 476 millones de pesetas) a la resistencia camboyana no comunista, centrada en la guerrilla fiel al ex régimen de Lol Nol, que fue sustituido por los jemeres rojos de Pol Pot, tras el fin de la guerra de Vietnam.

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En el plano militar, EE UU -que no tiene bases militares en Tailandia desde el fin de la guerra de Vietnam- ha estrechado sus lazos de cooperación militar con el Ejército tailandés, especialmente a través de la celebración anual de importantes maniobras, denominadas Cobra Gold, que movilizan a tropas estadounidenses y tailandesas. Durante la última visita del secretario de Defensa estadounidense, Caspar Weinwenger, a Bangkok, el pasado abril, norteamericanos y tailandeses acordaron crear un fondo para depósito de armas en Tailandia, por un coste de 20 millones de dólares, a sufragar en partes iguales. Pero el Gobierno tailandés se muestra reacio a gastar 10 millones de dólares en el programa presentado por los norteamericanos. Para algunos observadores, el futuro del conflicto de Camboya pasa directamente por el diálogo entre las dos superpotencias, y debería ser objeto de discusiones en la próxima cumbre entre Reagan y el líder soviético, Mijail Gorbachov.

También pueden influir en el desarrollo de los acontecimientos los resultados del próximo VI Congreso del Partido Comunista, de Vietnam, previsto para diciembre. No hay que olvidar que la economía de Vietnam depende casi exclusivamente de la ayuda de la URSS, que aporta unos 1.000 millones de dólares anuales a este país. El contexto internacional del problema camboyano marca su evolución, por encima de los resultados de las elecciones tailandesas.

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