Payos y gitanos
Yo aún ignoro con detalle los prolegómenos de los graves acontecimientos en Martos. Desde luego, nunca es justificable el ejercicio de la violencia. Pero resulta también injustificable la pasividad de las autoridades locales. Seguramente conocían con antelación las tensiones originarias del consiguiente motín popular. Poco remedio pusieron. Ahora sólo cabe el manido refugio en la repulsa y en la indemnización.Tampoco es aceptable el lenguaje empleado por los medios informativos al dividirnos a los españoles y payos y gitanos. Que yo sepa, payo no está admitida por la Real Academia. Existe en esa palabra un leve tono discriminativo. Puede argumentarse que dicho vocablo no tiene sentido peyorativo. Y que payos somos todos los no gitanos. Pues bien, entonces se debe exigir, a título de ejemplo, el siguiente lenguaje informativo:
"En la sesión de las Cortes de hoy el gitano diputado Heredia pidió explicaciones... Replicó el payo presidente del Gobierno, Felipe González, quien... etcétera".
A menos que se quiera reservar la palabra payo para nuestros ciudadanos rurales.-
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