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Siguen las incógnitas sobre el desastre de Chernobil

Pilar Bonet

La información suministrada por la Unión Soviética sobre las causas y consecuencias del accidente nuclear de Chernobil, publicada ayer en la primera página del periódico Pravda, deja aún sin resolver varias incógnitas sobre el suceso ocurrido el 26 de abril pasado en el cuarto bloque de la central nuclear ucraniana.

Las incógnitas tal vez se resolverán en parte con la publicación de la versión oficial del informe gubernamental sobre el caso, que ha sido anunciada para mediados de agosto por el vicepresidente de la Academia de Ciencias de la URSS, Alexander Velijov.Veintiocho personas muertas, 203 irradiadas (de ellas, 30 sometidas a tratamiento hospitalario), 2.000 millones de rublos (unos 440.000 millones de pesetas) de pérdidas y 1.000 kilómetros cuadrados contaminados, además de dificultades en el aprovisionamiento energético de la población, son algunas de las consecuencias del accidente, cuyas responsabilidades caen oficialmente sobre el factor humano y los trabajadores y técnicos (le la central.

El Politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) se reunió en sesión especial, según la agencia Tass, que no ha especificado la fecha, para debatir el informe de la comisión gubemamental nombrada tras el accidente. El nombre del director de esta comisión no aparecía en la información suministrada, aunque oficialmente se había anunciado que tal cargo era desempeñado por Boris Shcherbina, uno de los vicepresidentes del Consejo de Ministros de la URSS.

La suerte de Shicherbina

Shcherbina apareció ante los periodistas con ocasión de la primera conferencia de prensa oficial sobre el caso y también conversó con el grupo de embajadores occidentales convocados por el Ministerio de Exteriores a una selución informativa sobre el tema. Su desaparición de la vida pública causó insistentes rumores en Moscú, según los cuales el fancionario había tenido que ser hospitalizado tras su estancia en Chernobil. Esta información no fue confirmada oficialmente y Shcherbina ha sido condecorado por su labor. Otros altos funcionarios, como Yuri Batalin, otro vicepresidente del Consejo de Ministros, o VIadimir Gusev, primer vicepresidente del Consejo de Ministros de la federación rusa, han sido nombrados en relación a actividades llevadas a cabo por la comisión gubernamental, lo que invita a pensar en la existencia de un sistema rotativo entre los altos cargos gubernamentales para hacer frente a la avería.VIadirnir Gusev acompañaba al jefe del Partido Comunista de Ucrania, VIadimir Shcherbitzki, en una visita a la central de la que la agencia Tass daba cuenta a principios de julio. Cuatro altos cargos de la Administración central han sido destituidos, además del director de la misma. El funcionario de más alto rango defenestrado ha sido Evgueni Kulox, jefe del Comité Estatal de Seguridad en la Industria de Energía Nuclear. Sobre el papel desempeñado y el futuro político de Shcherbitzki y del presidente de la Academia de Ciencias de la URSS, Anatoli Alexandrov, conocido defensor de la energía nuclear, no se sabe nada.

Shcherbitzki ha recibido poca atención por los medios centrales de comunicación, pero la televisión ucraniana le mostraba recientemente durante la sesión mantenida por el Soviet Supremo de la República el 12 de julio en Kiev, con objeto de aprobar el plan económico de Ucrania para este año. En el informe que leyó el presidente del Gobierno ucraniano, A. Liashko, se hacía mención de los efectos de Chernobil sobre la economía local y se señalaba que había que conseguir una disminución del consumo de energía eléctrica en las horas nocturnas. El énfasis en el ahorro de energía eléctrica era destacado en el informe.

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La agencia soviética Tass no reveló qué clase de experimento se estaba realizando en la central nuclear cuando ocurrió el accidente, pero fuentes del este europeo habían dicho anteriormente que en la central tenía lugar un experimento del que Alexandrov era personalmente responsable. El experimento no fue consultado con las autoridades correspondientes, según la versión oficial.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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