Los estudiantes negros desafían al Gobierno surafricano
Miles de estudiantes negros boicotearon ayer el primer día de clases del nuevo curso, con lo que, después de tres meses de vacaciones obligadas por orden de las autoridades, el Gobierno vuelve a enfrentarse a uno de los principales ingredientes de la lucha negra contra el aparheid: la agitación estudiantil. Por el contrario, la huelga convocada por los sindicatos negros para condenar el estado de emergencia no tuvo el seguimiento esperado.
Un portavoz del Departamento de Educación en Pretoria dijo ayer que no era posible establecer cuántos de los 1.700.000 estudiantes negros habían acudido a sus escuelas, pero, por los datos extraoficiales recogidos anoche, se pensaba que el boicoteo había sido muy importante.El Gobierno puso en acción medidas draconianas para evitar la agitación. Obligó a los estudiantes a portar tarjetas de identidad que debían mostrar a la policía, desplegó importantes dispositivos de seguridad en las escuelas dio a los responsables escolares poderes para expulsar a los estudiantes que "creasen problemas".
Las escuelas negras han sido desde hace dos años foco permanente de movimientos de oposición contra el régimen de Pretoria. Las clases han estado permanentemente interrumpidas por las huelgas de los estudiantes, que se quejan de un sistema de educación de inferior calidad al de los blancos.
Fuentes negras de Soweto informaron que los dirigentes de algunas escuelas no cumplieron con las medidas de seguridad impuestas por el Gobierno, informa nuestro corresponsal . Asimismo dijeron que en las universidades se registró una asistencia de alrededor del 50%. En una escuela negra en Meadowlands, un barrio de las afueras de Soweto, todos los alumnos fueron a clase, pero en la mayoría de las escuelas la asistencia de alumnos fue muy baja. Muchos de los alumnos no entraron a las clases por negarse a llevar consigo las tarjetas de identificación. Uno de ellos comentó: ¿Por qué tenemos que llevarlas nosotros si en las escuelas blancas no las llevan? Y además tenemos que pagar dos rands [casi un dólar] por ellas".
Prohibido informar
La huelga convocada por la mayor confederación sindical del país, el Congreso de Sindicatos de Suráfrica (Cosatu), no tuvo, sin embargo, efectos significativos, debido en parte a que, bajo la legislación del estado de emergencia, está prohibido informar sobre una convocataria de huelga, según las agencias Efe, Reuter y France Presse. Los observadores atribuyen también el fracaso relativo al hecho de que unos 200 dirigentes de Cosatu se encuentren actualmente en prisión. La huelga estaba destinada a exigir la liberación de estos sindicalistas, así como de otros 2.300 miembros de asociaciones laborales negras detenidos desde el establecimiento del estado de emergencia.Fuentes independientes y de reconocido prestigio informaron que en la provincia de Transvaal siguió el paro el 20% de los trabajadores de las factorías controladas por Cosatu. En las que este sindicato no goza de implantación, el seguimiento de la huelga descendió al 5%, excepto en una empresa, Kellogs, donde el ciento por ciento de los empleados se sumaron a la protesta, según un portavoz de esa firma.
En Port Elizabeth, miles de trabajadores, amenazados con represalias por grupos radicales, se quedaron en casa o regresaron a ellas después de pasar por su puesto de trabajo. "La ciudad está vacía", comentó un portavoz de los comerciantes del centro de la ciudad. "Miles de negros dejan el puesto de trabajo cuando se les amenaza con quemarles la casa", añadió. Bobby Godsell, portavoz de la Cámara de Industria de Port Elizabelth, dijo, por su parte, que "la respuesta a la convocatoria de huelga fue positiva y rotunda".
Paros y asambleas
En Durban se registraron paros parciales y asambleas en varías empresas. Los autobuses y los trenes circularon normalmente entre Soweto y Johanesburgo. En Alexandra (ciudad negra próxima a Johanesburgo), sin embargo, los autobuses no salieron de sus garajes, y miles de negros tuvieron que ir a pie hasta sus lugares de trabajo en Johanesburgo. Las expectativas fracasaron especialmente en el sector minero, cuyo sindicato es, con 300.000 militantes, el más importante de Cosatu. Un portavoz oficial dijo que la actividad fue normal durante todo el día.
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