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Jornada de violencia en el Ulster en la celebración de la batalla del Boyne

Un hombre fue muerto a patadas por un grupo de borrachos, más de 30 policías resultaron heridos y varias efigies de Juan Pablo II y políticos irlandeses fueron quemadas en una noche de violencia en Irlanda del Norte por la celebración de la derrota de los católicos por los protestantes, hace cerca de 300 años, en la batalla del Boyne.

Sin embargo, el estallido de violencia que temían las autoridades en la localidad de Portadown, en el condado de Armagh, uno de los seis a que quedó reducido el Ulster en manos británicas, no llegó a materializarse en la noche del viernes como consecuencia de una negociación de última hora entre la policía y los organizadores del desfile orangista, en la que éstos accedieron a cambiar su plan de marcha original.

Más de 2.000 desfiles se celebraron ayer en toda la provincia de Irlanda del Norte para conmemorar la victoria de las tropas protestantes de Guillermo de Orange, King Billy para sus partidarios, sobre las católicas de Jacobo II a orillas del río Boyne en 1690. La atención estaba concentrada en la localidad de Portadown, que siempre ha protagonizado incidentes en años pasados, cuando las logias orangistas tratan de pasar por una calle conocida por el túnel, que separa las zonas católica y protestante. La policía logró convencer a los organizadores que accedieran a cambiar el recorrido.

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