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84 niños que estaban en un campamento municipal, hospitalizados por una intoxicación alimenticia

Unos 84 niños, de entre 9 y 15 años, que pasaban sus vacaciones en un campamento del Ayuntamiento de Madrid en Cercedilla, y media docena de adultos, entre monitores y personal del servicio, tuvieron que ser ingresados en la tarde de ayer en el hospital del Rey a causa de una intoxicación alimenticia. Según los niños, el jueves por la tarde se detectaron los primeros casos, pero hasta ayer a primera hora de la mañana no comenzó la evacuación. Al cierre de esta edición, 16 de los niños habían sido dados de alta. El alcalde de Madrid, Juan Barranco, declaró que ha solicitado un informe sobre el caso.

"Mi hermana fue la primera en ponerse mala. Fue sobre las cinco de la tarde, luego empezaron los demás", dice Susana Molina, de 13 años, una de las tres únicas personas que no tuvo que ser ingresada cuando hacia las ocho de la tarde llegaron los dos microbuses enviados por el Ayuntamiento de Madrid. El espectáculo impresionaba. Unos 60 niños, casi sin fuerzas para levantarse, tuvieron que ser ayudados a subir las escaleras del pabellón 3 del Hospital del Rey. Los más débiles eran llevados en brazos por policías o enfermeros.Lo primero que se les decía a los niños era que no bebieran, consejo que sorprendía a algunos con vasos en las manos. Luego, tras dejar mochilas y bolsas en el coche, eran ingresados en las distintas habitaciones del pabellón, mientras enfermeras y ayudantes técnicos sanitarios acudían a otros pabellones a buscar perchas para los frascos de suero y empleados del hospital llevaban decenas de rollos de papel para limpiar los continuos vómitos y los efectos de la diarrea.

A primera hora de la tarde ya habían llegado 19 personas en ambulancias. Eran los más afectados por lo que, en principio, parece una salmonella. Entre ellos estaban dos de los monitores y una cocinera. Luego, poco antes de que llegaran los autocares con los restantes afectados, el alcalde, nervioso, acudió al hospital, en el que ya había unas siete dotaciones de la Policía Municipal.

Las informaciones, facilitadas al principio con cuentagotas, permitieron saber que el grupo de 87 niños, 50 de ellos procedentes de Elda (Alicante), había acudido al campamento el pasado 1 de julio y tenía previsto terminarlo el día 15; que el colegio La Paloma, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, contaba con un médico en servicio permanente, y que la causa de la intoxicación podía ser una tortilla de patatas comida el jueves a mediodía, aunque no se sabrá nada seguro hasta que no se tengan los resultados de los análisis solicitados al centro de Majadahonda al que se han llevado los productos utilizados en las comidas.

Acampada en Peñalara

La versión de los niños que no fueron ingresados dio un nuevo sesgo al suceso. "Estuvimos en el colegio hasta el pasado jueves por la mañana, y después de desayunar chocolate con magdalenas salimos de acampada por dos días a Peñalara", dice Carlos Estebarán, de 13 años. El miércoles comieron cocido y esa misma tarde, según Susana Molina, también de 13 años, tres niños se pusieron ya malos. Este hecho y el que fueran ayer hospitalizadas una cocinera y una empleada de limpieza -que no fueron a la acampada- hace pensar que el causante de la intoxicación fue algo comido el mismo miércoles.Los casos siguientes se detectaron el jueves hacia las cinco de la tarde. Los niños se fueron encontrando mal, con fiebre y dolores de vientre. "Con nosotros estaban únicamente tres monitores, que dieron bolsas y pañuelos de papel a los que devolvían", dice Susana. "Mi hermana Gema, de 12 años, tenía mucha fiebre y toda la noche nos la pasamos ayudando a los que estaban malos a salir fuera de la tienda a devolver para no mancharla". Sus palabras son corroboradas por Lourdes Isidoro, de 14 años, que también dice que no vio en ningún momento que se repartieran medicinas a los enfermos: "Creo que no había".

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Según estos muchachos, ayer por la mañana, dos de los monitores, acompañados por una veintena de los que que estaban mejor, se dirigieron a Valcotos, desde donde avisaron al colegio. Poco después se iniciaba la evacuación de los que estaban en peores condiciones. Barranco, tras ser informado, mandó trasladar a todos los niños al hospital del Rey, en donde ya habían ingresado los primeros.

Asimismo convocó al gabinete de Gobierno y se montó un servicio para avisar a las familias de los muchachos, al tiempo que se enviaban a Cercedilla ambulancias y microbuses acompañados de motoristas de la Policía Municipal. Hacia las diez de la noche Barranco, más relajado, manifestó: "Me han dicho que no hay ninguno grave. Ahora estoy más tranquilo, como alcalde y como padre que tiene dos hijos en campamentos. He ordenado que se haga un informe de lo ocurrido pero ahora lo que importa es tranquilizar a las familias".

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