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EE UU liga la reducción de sus tropas a que España asuma las misiones de apoyo a la OTAN que prestan

La sustitución, por parte de España, de las misiones de apoyo a la OTAN que realiza en la actualidad Estados Unidos desde suelo español es el principal escollo en las conversaciones para la reducción de la presencia militar norteamericana, que se reanudarán el próximo jueves en Madrid, en el palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Mientras Estados Unidos pretende que España se haga cargo de todas las misiones que dejen vacantes las tropas norteamericanas que se decida que abandonen el territorio español, el Gobierno de Madrid considera que muchas de estas misiones pueden ser desempeñadas por Estados Unidos desde sus instalaciones en otros lugares de Europa.

El embajador de Estados Unidos en España, Thomas Enders, en la entrevista publicada ayer en EL PAÍS, consideraba necesario que se sigan manteniendo las actuales misiones de apoyo a la OTAN que su país desempeña desde España. En concreto, Enders citaba las misiones de entrenamiento de la aviación norteamericana; el apoyo logístico para el Mediterráneo y el frente centroeuropeo; el apoyo táctico en caso de emergencia en Grecia, Turquía o Italia, y el apoyo a la VI Flota. Según Enders, en el caso de que fuerzas de su país abandonen España, serán las Fuerzas Armadas españolas las que deberán encargarse de estas misiones.Sin embargo, según cualificadas fuentes diplomáticas españolas, el Gobierno de Madrid no considera necesario mantener estas funciones defensivas en el seno de la Alianza Atlántica, y alega que su misión dentro de la OTAN consiste, básicamente, en la defensa de su propio territorio y de la libre circulación en el eje Baleares-Estrecho-Canarias.

En cualquier caso, España no se opone a que Estados Unidos u otros países de la OTAN utilicen instalaciones militares españolas en caso de crisis, para apoyar la defensa de Centroeuropa o el Mediterráneo, pero sí se resiste a mantener instalaciones, material y personal con carácter permanente para desempeñar esas funciones.

Preocupación española

Según han explicado cualificadas fuentes diplomáticas españolas, el Gobierno de Madrid está también especialmente preocupado por el uso que Estados Unidos pueda hacer de sus bases y de las facilidades portuarias que recibe en España a la hora de actuar en crisis ajenas a la OTAN, como, por ejemplo, sucedió en el ataque contra Libia, antes de] cual la VI Flota se reavitualló en puertos españoles.

En el último consejo hispanonorteamericano, celebrado el pasado 27 de mayo en Washington, España logró incluir en el comunicado final una frase en la que dejaba clara su posición de que no está dispuesta a asumir todas las misiones que dejaran vacantes las fuerzas estadounidenses que abandonaran España cuando se decidiera aplicar la reducción.

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En aquel comunicado final se afirmaba que las Fuerzas Armadas españolas asumirían "determinadas responsabilidades y misiones realizadas en la actualidad por las fuerzas armadas de Estados Unidos en España, manteniéndose la capacidad global defensiva y el nivel de seguridad para ambos países y sus aliados".

La diplomacia española luchó para introducir en el comunicado la expresión "determinadas responsabilidades y misiones", para dejar claro que no pensaba asumirlas todas. Sin embargo, son muy divergentes aún las concepciones que Washington y Madrid tienen sobre lo que significa mantener Ia capacidad global defensiva y el nivel de seguridad para ambos países y sus aliados".

Largas negociaciones

Tanto los estadounidenses como los españoles consideran que las negociaciones para la reducción de la presencia militar norteamericana en España serán largas y laboriosas. Ninguna de las dos partes pone ya en duda que las conversaciones no darán frutos antes de que se comience a negociar el nuevo convenio hispanonorteamericano, que expira dentro de dos años.

La negociación de. la reducción no sólo se solapará con la del convenio, sino que también se superpondrá con las conversaciones que España mantenga con la OTAN durante los próximos meses para terminar de perfilar el modelo de su participación militar en la Alianza.

Las conversaciones con la OTAN -que en principio no tienen nada que ver con las hispano-norteamericanas, pero sí es probable que terminen vinculándose de algún modo- se espera que se extiendan a lo largo de al menos año y medio, según coinciden fuentes diplomáticas y militares españolas vinculadas a este proceso. De ahí que a Estados Unidos le quede la posibilidad de reservar sus definitivas posiciones respecto a la reducción de su presencia militar en función de los compromisos que España establezca con la OTAN.

Un documento 'congelado' desde el 27 de mayo

El secretario general de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores español, Máximo Cajal, entregará el próximo jueves al embajador de Estados Unidos en Madrid, Thomas Enders, el documento que diplomáticos y militares españoles han redactado durante los últimos meses en el que se recogen las posiciones del Gobierno de Madrid sobre la prometida reducción de la presencia militar norteamericana en España.La entrega se realizará durante las conversaciones hispano-norteamericanas sobre este asunto, que presidirán Enders y Cajal. El documento estaba ya concluido el pasado 27 de mayo, día en el que se celebró la sesión ordinaria del consejo hispano-norteamericano, en que se habló del tema de la reducción. Sin embargo, el Gobierno español decidió entonces aplazar la entrega del documento para evitar que la cuestión de las bases se convirtiera en arma electoral en la pasada campaña para las legislativas.

En la comisión en la que se ha elaborado el documento han trabajado, además de tres altos cargos del Ministerio de Defensa, el director general de América del Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores, Eudaldo Miralpeix; el subdirector general de ese departamento, Julio Albi; el asesor ejecutivo del ministro de Defensa, Carlos Miranda, y el asesor de la Presidencia del Gobierno, Juan Leña.

Según un funcionario que ha tenido acceso al documento, éste se dedica a exponer cuáles son las necesidades defensivas de España y de la Alianza Atlántica respecto a las bases de utilización conjunta hispano-norteamericana cuya reducción se pretende.

Tras la reunión del jueves, españoles y norteamericanos volverán a estudiar el tema al final del verano. Igualmente está previsto que se celebren nuevas sesiones negociadoras antes de Navidad y al comienzo del próximo año. La del jueves será la última negociación que presida por parte estadounidense el embajador Thomas Enders, que será sustituido en breve por Reginald Bartholomew.

Las posiciones españolas sobre la reducción de la presencia militar norteamericana en España pretenden la completa desaparición de efectivos militares estadounidenses de las bases de Zaragoza y Torrejón de Ardoz (Madrid). Según fuentes militares españolas, en esta segunda base podría permitirse la presencia de un pequeño retén destinado a dar servicio a los aviones militares de carga de Estados Unidos que hicieran escala en España en su camino hacia bases europeas. Por lo que respecta a la base de Zaragoza -de la que depende, en buena parte, el entrenamiento aéreo de Estados Unidos-, fuentes militares españolas no descartan que siga siendo utilizada con esos mismos fines por Estados Unidos y otros países de la OTAN, pero en un régimen diferente al actual.

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