Precisiones del embajador de Perú

En su edición del domingo 29 de junio, EL PAÍS publica un artículo del destacado periodista Antonio Caño con el título Alan García contra las cuerdas: el presidente tendrá que explicar las matanzas del Ejército en las cárceles limeñas. Dicho artículo contiene apreciaciones que, como su ambiguo título, requieren ser aclaradas. Es necesario también precisar conceptos fundamentales en tomo a los sucesos producidos en cárceles peruanas.Resulta indispensable: en estas circunstancias subrayar que el presidente de Perú ha reafirmado con absoluta claridad su indeclinable determinación de exigir y garantizar desde el poder constitucional que representa las sanciones que manda la ley a los miembros de las fuerzas del orden culpables de haber cometido el execrable crimen de eliminar a presos inermes durante la intervención en el penal de Lurigancho, de Lima, así como ha ordenado la apertura de la más radical investigación en el fuero civil, militar y parlamentario para que se penalice todo exceso cometido durante la represión en las cárceles capturadas por detenidos de Sendero Luminoso.

No requiere más explicaciones la entereza demostrada por el presidente de Perú, que esgrimiendo el más legítimo título democrático, sustentado en el voto mayoritario del pueblo peruano, ha denunciado ante Perú y el mundo estos excesos y crímenes, exigiendo que las, investigaciones y sanciones alcancen a todos los responsables, sean estos quienes fueren y cualquiera fuera el riesgo que esta determinación tuviera que enfrentar. Tan vigorosa actitud no es otra que la de un estadista y líder que respalda con los hechos su irrevocable vocación democrática y su compromiso con el destino. de la sociedad peruana.

La democracia en Perú vive en estos días un trance del que debe emerger fortalecida. La acción despiadada de Sendero Luminoso y otras formas de subversión y oscurantismo político en Perú obedece a intereses desestabilizadores y antiperuanos cuyo objetivo es derrumbar la conquista del pueblo que es la democracia y el proyecto histórico que encarna el presidente constitucional de todos los peruanos.

Resulta transparente que tan perverso propósito contra la íntegridad y la paz de la nación peruana pasa en estos momentos por el recurso de ensombrecer y desfigurar la imagen del presidente constitucional de Perú, quien, como el mundo ha conocido, en 11 meses de Gobierno nacionalista, popular, democrático y profundamente respetuoso de los derechos humanos ha mostrado el rostro de un nuevo líder consagrado a la causa peruana y latinoamericana. Estas horas reclaman una visión que partiendo de los hechos ponga en su verdadera perspectiva y significación la posición del presidente Alan García y suscite una auténtica solidaridad con la democracia y el pueblo de Perú.-

Embajador de Perú.