Entrevista con el canciller austriaco Vranitzky
Pregunta: Tras la victoria de Waldheim y la dimisión de Sinowatz parece que los socialistas están en crisis. ¿Es usted su última esperanza?Respuesta: Según mi punto de vista personal yo no soy la última esperanza de los socialistas, sino la primera. Pero no me gusta hablar de una crisis de mi partido.
P.: Entonces, ¿a qué se debió la dimisión de Sinowatz?
R.: No soy de la opinión de que todo está en orden. Ahora bien, hablar de crisis me parece algo dramático. Yo diría que hay una apariencia de cansancio, hay insuficiencias en la organización del Partido Socialista Austriaco.
P.: ¿Cómo va a hacer en los diez meses que quedan hasta las próximas elecciones legislativas para dar la vuelta a la intención de voto del electorado?
R.: Yo no puedo hacer milagros, ni tampoco soy un mesías, ni siquiera un vendedor de recetas de patentes. Lo que yo puedo ofrecer es una entera disposición para entrar en funcionamiento y un auténtico trabajo en equipo en el Gobierno.
P.: ¿Será eso suficiente?
R.: Yo creo que se nos ofrece una muy buena ocasión, dado que unas elecciones legislativas son algo muy diferente a unas elecciones presidenciales. Y nosostros nos vamos a esforzar mucho en aprovechar esta oportunidad. Pero el que se dé esta ocasión no implica garantía alguna sino riesgo y posibilidades de éxito.
P.: El cambio de canciller poco antes de estas elecciones, ¿no ha sido quizá una reacción de pánico? Estas cosas sólo se hacen en situaciones de gran peligro.
R.: Quizá a algunos observadores les haya podido parecer desde fuera una reacción de pánico. Los últimos meses vividos en el partido no han sido precisamente de éxito, y se llegó a temer que todo pudiera ir a peor.
, 29 de junio
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