Alan García encarcela a 95 policías por la matanza de los penales

El presidente de Perú, Alan García, anunció el martes en un mensaje a la nación el encarcelamiento de 80 soldados y 15 oficiales de la Guardia Republicana responsables del "aniquilamiento" de entre 30 y 40 presos en el penal de Lurigancho cuando éstos ya se habían rendido. Paralelamente, ocho turistas, entre ellos una española, que se dirigían a Machu Picchu murieron ayer, al explotar una bomba en el tren en el que viajaban. El atentado no ha sido reivindicado, pero todo apunta a que se trata de una acción terrorista de Sendero Luminoso.

Más de 300 militantes de la organización maoísta Sendero Luminoso murieron en el ataque del Ejército a tres penales de Lima, en los que se había producido un amotinamiento masivo de presos la semana pasada. "No está dentro de la ley que cuando los amotinados se rinden y están inermes y con los brazos en alto se les aniquile", afirmó García, para añadir: "Con el mismo principio de autoridad con el cual defendemos con severidad el orden, debemos límitar los excesos".La Guardia Republicana, impopular en Perú como el resto de los cuerpos policiales, tiene menos influencia en el Gobierno que el Ejército y fue la única organización no militar que tomó parte en los sangrientos sucesos de los pasados 17 y 18 de abril. Su intervención en la represión de los motines fue dirigida por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

En relación con el atentado contra el tren de Machu Picchu, la emisora Radio El Sur, de Cuzco, informó a Efe que entre los ocho muertos figura la española María Teresa Carbonell, de 30 años. El estallido de la carga, presuntamente coloca da por Sendero Luminoso, provocó la destrucción total de un vagón en el que viajaban unos 70 pasajeros. El número de heridos asciende a 44, en su mayoría extranjeros, entre los que se hallan al menos el esposo y un hijo de la española fallecida. El matrirtionio, es de El Prat de Llobregat (Barcelona) y el marido trabaja en Iberia. La policía no confirmaba anoche que entre las víctimas se hallara alguno de los asistentes al congreso de la Internacional Socialista, como inicialmente se había aventurado. El congreso, que por primera vez se celebraba en América Latina, se clausuró el lunes en Lima.

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