El sistema para elegir al presidente surcoreano centra el debate para reformar la Constitución

RAMÓN VILARÓ ENVIADO ESPECIAL, La polémica sobre la elección directa o indirecta del presidente y la conveniencia de reducir su mandato a cuatro años centrará las deliberaciones de¡ Comité Especial para la Reforma de la Constitución de Corea del Sur, formado tras el reciente acuerdo entre el Gobierno y la oposición. Sus miembros contarán con tres meses para definir las reformas constitucionales que debieran implantarse antes de que se abra, el 20 de septiembre, el nuevo Parlamento.

"Estamos a favor de las reformas pero en contra de la elección presidencial directa", se comenta en los círculos del partido gubernamental, el Partido de la Justicia Democrática (DJP). "Si no hay elecciones directas para la presidencia antes de finales del próximo año se radicalizará la situación", se replica en la sede del principal partido de la oposición, el Partido Demócrata de la Nueva Corea (NKDP). Los dirigentes del NKDP coinciden en que el Gobierno autoritario del presidente Chun Doo Hwan acabará aceptando las reformas."Una elección presidencial di recta puede suponer la ruina de la nación", ha asegurado el presidente del DJP, Roh Tae Woo, que defiende la posición más dura entre las filas del poder. El DJP considera que el comité para la reforma constitucional no debe centrar su labor en el asunto específico de las normas electorales y opina que hay ejemplos de gobiernos democráticos elegidos a través de las mayorías parlamentarias, sin necesidad de contar con un sistema de elección presidencial directa.

El partido gubernamental intenta mantener la elección indirecta del presidente, gracias a su mayoría en el Parlamento, a la vez que busca un sucesor entre sus filas -probablemente el ex general Roh- con vistas a la eventual apertura política en 1988.

El también ex general Chun Doo Hwan llegó al poder tras un golpe de Estado militar, en 1980, y promete, abandonarlo al término de un mandato presidencial de siete años, que concluirá en marzo de 1988, de acuerdo con las normas constitucionales redactadas tras su acceso a la presidencia de Corea del Sur.

"Los surcoreanos están exasperados, y si no hay elecciones directas para la presidencia, la situación política se radicalizará", afirmó recientemente Kim Dae Jung, uno de los dirigentes en la sombra del NKDP, en situación de deten ción domiciliaria y privado de sus libertades políticas.

Por su parte, Kim Young Sam, otro de los dirigentes cárismáticos del NKDP, defensor de una línea más moderada, se muestra esperanzado por la formación del comité para la refirma de la Constitución. No obstante, mantiene la defensa de las principales exigencias de la oposlción: elección presidencial directa y reducción del mandato presidencial a cuatro años frente a los siete actuales, porque un período tan largo deja "demasiadas posibilidades para ir hacía dictaduras".

Presos políticos

En medio de estos aires de reforma política que se respiran en Seúl, queda también por zanjar un acuerdo sobre la liberación de los presos políticos. Los observadores no excluyen que exista un pacto secreto entre Gobierno y oposición para lograr soluciones intermedias que concluyan con la liberación de casi todos los presos políticos (unos 1.400, según la oposición), pero de forma progresiva.

"Es muy difícil -determinar si una persona que se opone al régimen dictatorial de Chun es o no comunista", afirma Kim Dae Jung, firme defensor de la liberación de todos los presos y de una amnistía general.

Uno de los últimos presos políticos es el reverendo Moon Ik Hwan, detenido hace 21 días por haber participado en las manifestaciones antigubernamentales de la ciudad de Inchon, que concluyeron con una batalla campal entre manifestantes y policía.

Las autoridades surcoreañas acusan también a Moon de haber instigado a la autoinmolación de un estudiante en la universidad de Seúl, cuyas imágenes saltando desde una ventana envuelto en llamas han sido el reflejo más crudo de la crítica estudiantil y de la oposición contra el régimen del presidente Chun. Éste era el tercer joven que recurría a la inmolación para protestar contra el régimen surcoreano.

Mientras los políticos parecen dispuestosa explorar las vías de una salida política al futuro de Corea del Sur, los grupos más radicales, encarnados especialmente por estudiantes, profesores y sindicalistas, acusan al NKDP de pactar con la dictadura de Chun y mantienen su programa en pro de una recuperación de la democracia, la salida de las tropas norteamericanas de Corea del Sur y la reunificación con Corea del Norte.

"Apenas son 2.000 activistas", se asegura en las filas del DJP refiriéndose a esos radicales. "Y entre ellos figuran agentes infiltrados de Corea del Norte", se explica en un análisis, quizá excesivamente simplista, pero que toca uno de los puntos más sensibles de la situación coreana, es decir, las tensas relaciones entre los regímenes Seúly Pyongyang.

Precisamente el martes se cumplió el aniversario del comienzo de la guerra de Corea, hace 38 años. De momento, continúan los ataques verbales entre los dirigentes de las dos Coreas y ambas partes rechazan los intentos de negociación.