Sener aportará 4.000 millones de pesetas a la planta de motores de aviación

La autorización del proyecto de inversión de la empresa Sener en la zona de urgente reindustrialización del Nervión, acogiéndose a los beneficios fiscales y ayudas correspondientes, se producirá en el mismo momento en que los socios privados del proyecto se comprometan a invertir 4.000 millones de pesetas para la instalación de una planta de fabricación de motores para aviación, según el acuerdo al que llegaron el pasado jueves la Administración central y el Gobierno vasco.

La instalación de la fábrica de motores de aviación exige una inversión superior a los 15.000 millones de pesetas, de los que en un primer momento se pensaba que podían aportarse como recursos propios en torno a 900 millones, siendo el resto subvenciones y préstamos a tipos de interés privilegiados y a largo plazo.La desproporción entre recursos propios y ajenos provocó que el proyecto no contara con los apoyos de las Administraciones central y autonómica, y a lo largo de las negociaciones se fue reduciendo hasta la cifra actual, en la que algo más del 25% corresponderá a aportaciones de los accionistas, y el resto, a subvenciones y créditos. La inversión privada se realizará en forma de capital o mediante transferencia de tecnología, ya que en el proyecto participa la compañía Moroten Turbinen Union, de la República Federal de Alemania.

El acuerdo al que llegaron el jueves pasado el secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el vicepresidente del Gobierno vasco, Javier García Egocheaga, establece que el proyecto tendrá como financiación oficial una cantidad que no superará, salvo momentos esporádicos, los 2.000 millones de pesetas. Cifra que incluso podría llegar a ser inferior si se logra que una parte de ella la proporcione la Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA), por acogerse el proyecto a instalarse en una zona afectada por la reconversión del sector siderúrgico.

La viabilidad del proyecto depende de que la empresa pueda acogerse a las compensaciones del programa FACA, que establecían que los vendedores estadounidenses de los aviones destinados a las Fuerzas Armadas españolas realizarían sus pedidos de componentes de motores para sus aviones a empresas españolas. Esta compensación aún no ha sido adjudicada.