La confusión domina la reunión de Contadora en la fecha prevista para firmar el Acta de Paz

Los cancilleres del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá), del Grupo de Apoyo de Lima (Argentina, Brasil, Perú y Uruguay) y de los cinco países centroamericanos (Guatemala, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador) iniciaron ayer en Panamá, en medio de una gran confusión sobre cuestiones de procedimiento y contenido, una serie de reuniones en una fecha que, en principio, había sido prevista para la firma del Acta de Paz de Contadora. La ausencia de uno de los cancilleres participantes provocó anoche el aplazamiento, hasta hoy, de la reunión.

Por la tarde llegó el canciller de Costa Rica, Rodrigo Madrigal Nieto, junto con los de Honduras, Carlos López Contreras, y de Guatemala, Mario Quiñones.Nicaragua llegó a Panamá con la intención, de demostrar que está dispuesta a sacar adelante el Acta de Contadora, mientras que ahora son los otros centroamericanos los que ponen en tela de juicio el sentido de la reunión y, por consiguiente, retardan el proceso de Contadora.

El canciller de El Salvador, Rodolfo Castillo, tuvo que quedarse en Panamá la noche del jueves por causas ajenas a su voluntad. El avión que debía llevarlo a San José de Costa Rica no pudo salir por razones de índole meteorológica. Parece que en San José había sido previsto un encuentro de los centroamericanos, sin Nicaragua, de cara a la reunión de Panamá.

En Costa Rica, el canciller Rodrigo Madrigal retrasó un día su salida hacia Panamá. con el argumento de que la invitación no estaba clara y había contradicciones. El salvadoreño Castillo daba ayer en Panamá rienda suelta a su descontento con la forma en que se había llevado la preparación de la cita panameña. En una reunión de cancilleres del 5 al 7 de abril pasado se acordé un plazo de 60 días para concluir el Acta de Contadora y el 6 de junio quedó fijado casi como un ultimátum para la firma final. Después de la cumbre de Esquipulas, el pasado 24 y 25 de mayo, quedé claro que la firma sería imposible. Todavía no hay acuerdo en tres puntos fundamentales del capítulo tercero del Acta de Contadora: maniobras militares, control de armamentos y verificación del cumplimiento de los acuerdos.

A pesar de que en Esquipulas se aplazó la fecha límite del 6 de junio, se mantuvo la convocatoria de Panamá. En un comunicado difundido el jueves por el Ministerio de Relaciones Exteriores panameño, se decía que la reunión de Panamá. se celebra "con el fin de avanzar en los puntos finales del Acta de Contadora" y añadía que "se destaca como un objetivo fundamental el dar por oficialmente concluida la negociación del texto del Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica y proceder a la formalización de este instrumento internacional".

Buena voluntad

Esta definición de objetivos no parece muy clara a los centroamericanos, con excepción de Nicaragua, que parece decidida a representar el papel de por mí que no quede.

En los pasillos del hotel panameño, el canciller de Nicaragua, Miguel d'Escoto se dedicaba a hablar con los periodistas para resaltar la buena voluntad de Managua y su disposición a firmar el Acta "si Estados Unidos no bloquea la gestión".

Unos metros más allá, su colega salvadoreño, Castillo, declaraba que la reunión no tenía sentido y se lamentaba de que hubiesen sido invitados con tan sólo un plazo de 72 horas, sin especificar el objetivo del encuentro de Panamá.

A la pregunta de este periódico de si habían sido invitados a Panamá sin saber a qué, para hacer pasillos por el hotel, Castillo respondió: "Usted lo ha dicho perfectamente". A pesar de esta disconformidad, Castillo aseguró que "Contadora no debe sufrir un colapso".

El tiempo de espera de lo que iba a ocurrir en las reuniones permitió presenciar escenas cunosas en el vestíbulo del hotel panameño. El nicaragüense D'Escoto se paseaba por allí abrazado al salvadoreño Castillo. Curioso, si se tiene en cuenta que El Salvador acusa a Nicaragua de apoyar logísticamente y con armamento a la guerrilla salvadoreña.

Con ironía, el canciller de Uruguay, Enrique Iglesias, decía a un periodista que hablaría cuando se enterase "de lo que está pasando".

Poco después de estas palabras, hacia las nueve de la mañaria (hora local), los cancilleres de Contadora y del Grupo de Apoyo, con la ausencia del peruano, se reunieron a desayunar. Después del desayuno, lo único que trascendió fueron comentarios irónicos sóbre aspectos gastronómicos de la reunión.

A la pregunta de si iba a realizarse también un almuerzo de trabajo, el canciller uruguayo comentó irónicamente que "el almuerzo no es negociable. A esa hora juegan Brasil y Argelia en el Mundial".

Cuando la televisión panameña empezaba a transmitir las imágenes del Mundial de fútbol, estaba previsto que llegasen juntos a Panamá los canciIlleres de Guatemala, Honduras y Costa Rica.