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Los espías son difíciles de capturar

NEWSWEEKUsted es Breckinridge WilIcox, el fiscal del Estado en Maryland. Sabe que Ronald W. Pelton, que era en su día un empleado de baja categoría de la National Security Agency, se entrevistó con agentes soviéticos en Viena. Tiene usted cintas grabadas, pasaportes, recibos bancarios y las declaraciones de Pelton a agentes del FBI. Está preparado para presentar la historia de un hombre que, después de ir a la quiebra, traicionó presuntamente a su país por 35.000 dólares. Posee, en fin, un apremiante proceso, uno que podría llevar a los jurados a un arrebato de cólera esta semana cuando escuchen los detalles del daño que aparentemente causó Pelton. Pero no lo harán. Usted va a esforzarse al máximo porque los servicios de inteligencia de los EE UU han insistido en que hacer lo contrario sólo podría ayudar a los soviéticos.Esta es la clase de problemas que tiene procesar a espías: conseguir una prueba se convierte en algo casi secundario para preservar lo que queda de los secretos robados.( ... ) Funcionarios de los servicios secretos norteamericanos confían al parecer en que los soviéticos no hayan podido entender del todo la importancia de la información que Pelton les dio y no quieren que se discuta en una audiencia pública.( ...)

( ... ) En 1980 el Congreso aprobó la Classified Information Procedures Act (Ley de Procedimientos de Información Reservada, CIPA), que impuso nuevas reglas. Antes de comenzar el proceso, se da a los abogados defensores una acreditación para el acceso a información reservada ( ... ).

Esta ley (CIPA) no se invocó en el caso Pelton porque los abogados defensores acordaron no mencionar material confidencial.

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Mientras tanto, surgió otra polémica sobre la cobertura informativa del proceso. El director de la CIA William Casey estaba preocupado en particular por la revelación de los detalles confidenciales pretendidamente vendidos por Pelton. Casey amenazó con querellarse contra varias empresas periodísticas. Parecía principalmente agobiado por un reportaje que se iba a publicar en el Washington Post. Consiguió del Presidente Reagan que llamara a la presidenta de la empresa del Post (que también posee Newsweek).

Incluso dentro de su aspecto aséptico, el proceso de Pelton podría contribuir a sellar el drama en la sala del tribunal. Los jurados escucharán el relato de un trabajador del Gobierno que ganaba 24.500 dólares al año y que tenía acceso a secretos de valor incalculable para la nación. El FBI no descubrió la implicación de Pelton hasta el pasado otoño, aparentemente con la ayuda del desertor soviético Vitaly Yurchenko, un coronel de la KGB que era presuntamente el primer contacto de Pelton. Yurchenko volvió a la URSS bajo circunstancias misteriosas el invierno pasado y ahora será una de las piezas que falten durante el juicio. ¿Extraño? No en los casos de espionaje.

2 de junio.

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