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Diplomáticos occidentales desafían la exigencia de pasaporte para pasar a Berlín Oeste impuesta por la RDA

HERMANN TERTSCH, Varios diplomáticos occidentales acreditados en Berlín Este fueron retenidos ayer en pasos fronterizos entre los dos sectores de la ciudad dividida cuando intentaban cruzar al Oeste sin presentar su pasaporte, desafiando la exigencia de ese documento que las autoridades de la República Democrática Alemana impusieron el pasado lunes. Para las tres potencias occidentales (Estados Unidos, Francia y Reino Unido) que desde el final de la II Guerra Mundial administran y defienden Berlín Oeste, enclavado en pleno territorio de Alemania Oriental, la exigencia del pasaporte al personal diplomático cuando circula por la ciudad viola el estatuto de Berlín.

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El estatuto ha sido la base de la cooperación entre la Unión Soviética, y las potencias occidentales en uno de los eslabones más sensibles en las relaciones entre los bloques.Desde el lunes, la policía de Alemania Oriental solicita a los diplomáticos occidentales acreditados en Berlín Este la presentación de su pasaporte en las salidas hacia la parte occidental de la ciudad. Hasta la fecha, bastaba con que el personal diplomático mostrara su carné de acreditación ante el Gobierno de la RDA. Los ministros de Asuntos Exteriores de las tres potencias occidentales y de la República Federal de Alemania mantendrán hoy una reunión previa a la conferencia de ministros de la OTAN en Halifax (Canadá), para tratar esta cuestión.

Fuentes aliadas indicaron ayer que las tres potencias no descartaban, "en último extremo", la posibilidad de amenazar a la RDA con romper sus relaciones diplomáticas, si las autoridades de este país no anulan su decisión de exigir el pasaporte a los diplomáticos occidentales. Estas informaciones motivaron un desmentido de la Embajada de Estados Unidos en Bonn, en el sentido de que la amenaza no había sido proferida.

[Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, declaró en Washington, según informa la agencia France Presse: "No puedo confirmar que exista una decisión ni una discusión relativa a esa ruptura de relaciones".]

Las potencias han solicitado también explicaciones al respecto a la Unión Soviética, ya que consideran que Alemania Oriental no habría tomado unilateralmente una decisión de esta entidad.

Fuentes occidentales estiman que la decisión de aplicar estos controles al personal diplomático responde a un intento de imponer el reconocimiento de hecho del muro de Berlín como una frontera internacional, lo que por derecho no es.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la RDA aseguró ayer que esta medida responde a la solicitud de los países occidentales de intensificar los controles para una mayor efectividad de la lucha antiterrorista. Berlín Este se remite así a la solicitud de cooperación en la lucha antiterrorista que le fue hecha por los países occidentales tras el atentado contra la discoteca La Belle, en Berlín Oeste, donde la explosión de una bomba produjo el pasado 5 de abril la muerte de una joven y de un soldado norteamericano y decenas de heridos. Ese atentado fue el desencadenante del bombardeo norteamericano contra Libia.

Cuando, a raíz de ese suceso, los aliados occidentales impusieron controles en los accesos a Berlín Oeste desde el Este, el jefe del Estado y del Partido Comunista de la RDA, Erich Honecker, se congratuló de esta medida. La exigencia de presentación del pasaporte al cruzar los puntos fronterizos en el muro de Berlín, de ser aceptada por Occidente, daría pie inmediatamente, según medios occidentales, a que, como siguiente paso, las autoridades de Berlín Este restringieran la libre circulación a los integrantes de las misiones militares de las potencias vencedoras en la II Guerra Mundial, con lo que el estatuto de Berlín iría quedando sin contenido.

Los aliados occidentales y la RFA tienen un interés vital en el mantenimiento del estatuto de Berlín, base fundamental del carácter transitorio de la división de la ciudad, y por ende, de Alernania como nación. Por el contrario, para la RDA una aceptación implícita por parte de los aliados occidentales del muro como frontera internacional supone un éxito en su lucha por el pleno reconocimiento de su soberanía por parte de la República Federal de Alemania, que aún le es negado.

En medios occidentales se considera, sin embargo, que la RDA podría dar marcha atrás y que la aplicación de esta medida supone un globo sonda para comprobar la reacción occidental.

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