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LAS RELACIONES CON NORTEAMÉRICA

Madrid pedirá a Washington que no utilice las bases en acciones militares al margen de la OTAN

Francisco G. Basterra

España planteará a Estados Unidos la necesidad de cerrar una serie de agujeros existentes en el actual acuerdo bilateral que permiten en la práctica que en situaciones de crisis, como en el caso de la intervención militar contra Libia, las fuerzas norteamericanas utilicen de forma indirecta las bases en España, dijeron a EL PAÍS fuentes diplomáticas españolas. Dos ejemplos de estos agujeros son la partida del portaviones Coral Sea de un puerto español para dirigirse al golfo de Sirte o la salida, días antes del ataque contra Libia, de aviones cisterna estadounidenses dé Zaragoza que abastecieron en vuelo a los bombarderos FB-111.

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El ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, no planteó esta crítica a los acuerdos en la entrevista de una hora de duración que mantuvo ayer en Washington con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, pero el Gobierno español suscitará esta cuestión en el curso de la renegociación del actual pacto bilateral, que expira en mayo de 1988.El convenio de amistad, defensa y cooperación concede bastante protección a España y obliga a EE UU a solicitar permisos de sobrevuelo, lo que impidió el mes pasado que sus bombarderos pudieran cruzar el espacio aéreo español en su ruta desde el Reino Unido a Libia. También están reglamentadas las escalas de barcos estadounidenses en puertos españoles. Esto es algo que se logró en las últimas renegociaciones de los acuerdos y provocó las discusiones más difíciles con EE UU, que pretendía una utilización mucho más amplia del territorio español para acciones fuera del área de la OTAN, sobre todo en Oriente Próximo.

Ya en la guerra árabe-israelí de 1973, España negó a, Washington la utilización de las bases para un puente aéreo de suministros militares a Israel. Sin embargo, los negociadores de los acuerdos no tenían previstas entonces acciones unilaterales de Estados Unidos contra países del área mediterránea, explicaron en Washington fuentes de Exteriores.

Puertos españoles, como Málaga y Palma de Mallorca, fueron utilizados durante la crisis libia como escalas de descanso de las tripulaciones de la VI Flota por razones lógicas de proximidad geográfica a la zona de conflicto.

El Gobierno español quiere que el futuro convenio con EE UU -aún España no ha decidido cuál será la fórmula jurídica que adoptará el nuevo o nuevos - actos que regulen la relación bilateral- establezca de una forma incontrovertible que las bases que Washington conserve en suelo español no puedan ser utilizadas, ni de una forma indirecta, para acciones norteamericanas fuera del área defensiva de la OTAN. Fuentes de Exteriores se quejaron ayer, antes de la entrevista entre Fernández Ordóñez y Shultz, de la "pobre ayuda" que España obtiene de EE UU por la utilización de cuatro bases importantes.

Dinero condicionado

De los 415 millones de dólares (59.760 millones de pesetas) que el Gobierno norteamericano se compromete a conceder a España (luego, es el Congreso quien debe aprobarlos) como precio por las bases, 400 millones son créditos para comprar armas estadounidenses. Del resto, tres millones son para entrenamientos de militares españoles en EE UU, y 12 millones, para cooperación científica, técnica y cultural, concedidos a fondo perdido. Esta última cantidad fue calificada de grotesca por un funcionario español.

Los 400 millones de créditos son concedidos en buenas condiciones de devolución, superiores a las normales del mercado, pero el Gobierno español podría lograr ese dinero en otra parte. Además el crédito está vinculado a la adquisición de material militar, lo que desequilibra aún más a favor de Washington la balanza comercial de armamento, algo que España desea corregir en lo posible. Con el actual arreglo, España es, junto con Turquía, Grecia y Portugal, el único país europeo que aparece en la lista de la ayuda militar de EE UU formando un paquete como flanco sur de la OTAN.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, dijo ayer en Washginton que Madrid no pedirá -más dinero a Estados Unidos por la continuada presencia norteamericana, aun reducida, en España. "El tema de las bases no es un problema de dinero", dijo. La idea española es que la utilización del territorio no puede comprarse, por muy alto que sea el precio que la otra parte acceda a pagar.

El Congreso ha advertido a Shultz que no está dispuesto a aprobar este año su petición de ayuda exterior, 12.728 millones de dólares. La razón es que con un programa de recortes presupuestarios en los asuntos domésticos los legisladores no quieren suministrar dinero a lejanos países que no votan en las elecciones norteamericanas.

Con una prevista reducción de. la presencia militar estadounidense es probable que sea recortada en el futuro la ayuda a España, (este año, el séptimo en la lista de receptores, tras Israel, Egipto -entre los dos casi se llevan el 50% de toda la ayuda exterior-, Turquía, Pakistán, El Salvador y Grecia. En el futuro, es posible que a España no le interese políticamente esta ayuda y prescinda de ella, saliendo de esa lista.

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