Rafael Ortega: "El toreo de hoy es muy monótono"
El maestro Rafael Ortega declara que no le gusta demasiado la forma actual de lidiar: "El toreo de hoy es muy monótono, aunque comienzan a verse cambios positivos". Eso no significa que no valore a los profesionales del momento: "Se juegan la vida como siempre, mi respeto hacia ellos es total, como a todos los que se visten de luces".
Ortega se retiró definitivamente -tras reaparecer en 1966, con 45 años- en 1968. "Sufrí una tremenda cornada en Barcelona", recuerda, "y la pierna derecha se me hinchaba tanto que no podía ni atarme los machos".
Rafael Ortega fue figura en las décadas de los años cincuenta y sesenta. Ha pasado a la historia de la fiesta más como un gran estoqueador que como un gran torero, aunque últimamente los buenos aficionados y la crítica están revisando la valoración parcial que se le hizo en su época para colocarle en el lugar que con justicia merece: artífice del toreo puro.
El maestro lo tiene asumido: "Era tal la facilidad que tenía para matar a los toros, que se olvidaban de otras cualidades mías. Me alegra que ahora se empiece a rectificar". Este dominio de la estocada ha intentado transmitirlo a sus discípulos, entre los que destaca a Ruiz Miguel. "Es un jabato que puede con todo, como demostró el lunes con los Victorino", comenta, "y que tambien sabe torear estupendamente".
Las escuelas taurinas
Ortega, hoy director de la escuela taurina de Cádiz, cree que estas instituciones son positivas: "Con los conocimientos teóricos que damos a los chavales, de ellas saldrán diestros con personalidad propia". De los festejos de San Isidro, lo que más le llama la atención es la cuadra de caballos de picar. Para mal, naturalmente: "¿Cómo puede permitirse en Madrid que salgan esos percherones viejos e impresentables?", dice con evidente enojo.Aunque reconoce que cada vez se torea mejor, explica que ello se debe a que el toro ha ido perdiendo casta y fiereza, haciéndose más noble. "También en esto se está rectificando", afirma; "aunque se perdiera calidad en las faenas, éstas tendrían mayor importancia y emoción con el toro de casta".
Sin embargo, el mayor defecto de la fiesta, a su juicio, son las exclusivas: "Para que esto cambie radicalmente es fundamental que desaparezcan. Que sea como en mi época y otras anteriores, cuando los contratos se ganaban tarde a tarde en el ruedo".
Las ideas del maestro Ortega sobre la fiesta las ha recogido el escritor y musicólogo Ángel Fernando Mayo en un libro titulado El toreo puro, que editará próximamente la Diputación de Valencia en su colección Quites.
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