Las Vistillas se convierten durante las fiestas en centro de recuperación de las tradiciones

Niños con gorrilla a cuadros, madrileñas de pañolón y mantón, don hilariones y castizos de largos mostachos acudieron el pasado sábado como por encanto a los jardines de las Vistillas como parte de una lenta pero progresiva recuperación de las tradiciones. Muchos de ellos, bien arrimaos, participaron en el concurso de chotis que se celebra a lo largo de la semana. El borrón de las fiestas lo puso ayer, en el auditorio de la Casa de Campo, un grupo de punkies que promovió una monumental pelea con el servicio del orden, de la que resultaron numerosos heridos y contusionados (más información en la página 42).

El espectáculo, que año a año va dejando de ser tal para convertirse en algo más natural, congregó el pasado fin de semana a un público variopinto formado por centenares de personas que ataviadas para la ocasión o de calle asistió bajo un sol de julio a la representación del espectáculo montado por la compañía del Teatro Apolo de Karpas. Desde la popular Chata hasta el Caballero de Gracia o los barquilleros aparecen bajo el gran escenario para desgranar bajo el título Lo cafés y verbenas de 1900 una parte de la historia musical de Madrid.Con la totalidad de las sillas ocupadas desde horas antes y muchos asistentes de pie _defecto que, por los comentario escuchados, tendría que subsanarse los próximos días festivos_, la plaza de las, Vistillas se convirtieron de nuevo en reducto castizo. Y para demostrarlo, una vez acabado el espectáculo teatral y apurado cualquier refresco menos popular que la clásica limoná, se realiza el concurso de chotis, en el que participantes y espectadores convierten la pista de baile en un inmenso ladrillo.

Si bien no se alcanza las 25 parejas que como máximo se permiten por eliminatoria, los organizadores esperan que al final de esta semana el número de parejas concursantes den un índice alto de participacion y hagan más difícil la elección de los ganadores, que el sábado serán proclamados tras competir las tres parejas seleccionadas cada día de la semana.Aquellos que no logran presenciar el concurso _que es la mayoría, ante la aglomeración de personas que bordean el recinto vallado_ aprovechan para marcarse tinos chotis por libre o para acercarse a alguno de los puestos con objeto de tomarse un chocolate con churros, un bocadillo, unas rajitas de coco o un cucurucho de chufas. Las Vistillas entran entonces en su mejor momento y chicos y mayores se lanzán a bailar al son del organillo del maestro Izquierdo.

Para el fin de fiesta se ha elegido un programa que va desde el cuplé o el pasodoble hasta la canción netamente española. Así, si el sábado y domingo actuaron Eva _la reina del cuplé_, la Orquesta Madrid, Belle Époque y La Vieja Banda, ayer el público bailó al ritmo de la rumba y la salsa de Camaratango y Combo Belga y sus Furiosos Rumberos. Para hoy está previsto que actúen Mansour Rasti y Alberto Pérez y su orquesta, y mañana, día 14, los treintañeros rememorarán antiguos bailes con Los Pequenikes y la Orquesta Versalles.

Los símbolos de Madrid

La programación se completa con la actuación de Antonio Molina y su canción española y de la orquesta Teddy Boys, programada para el jueves; los grupos Caflones y Mantequilla y la Orquesta Europa actuarán el viernes, y La Pequeña Compañía y Orquesta Miramar cerrarán la verbena del sábado y último día de las fiestas.

Coincidiendo con estas fiestas, el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, entregó ayer a María Zambrano la medalla de oro de la Comunidad y le sugirió un libro que recopile sus escritos y artículos sobre Madrid. La escritora se mostró "muy feliz" por la propuesta y añadió que incluirá en ese libro el capítulo Símbolos porque "los símbolos de Madrid están en mi cabeza y en mi corazón".