Turistas pobres
El pasado 29 de abril llegué a Tánger (Marruecos) a las doce de la mañana. En el trayecto, la policía marroquí nos había sellado el pasaporte. Al intentar salir del barco, un policía que estaba en la puerta nos indicó a seis personas que esperásemos. Y espera que te desespera dieron las dos y media de la tarde, y casi sin creérmelo volvimos a zarpar para Algeciras. Ninguna explicación de nadie. Ninguna respuesta. Sólo incertidumbre, rabia e impotencia. Te hacen sentir como si no fueses nadie.Según parece, teníamos aspecto de turistas pobres, pobres a los que el funcionario de turno elige según le parece. La policía española hace lo mismo con los marroquíes de a pie. Lo vi con mis propios ojos en el control de Algeciras.
Las reclamaciones, al maestro armero, supongo... - Ramiro García Hernández.