La nueva Cruz Roja
Celebramos hoy el Día Mundial de la Cruz Roja, vieja y centenaria institución que desde su fundación en España en 1864, por real orden de Isabel II, ha venido cumpliendo con agobios económicos pero con dignidad la función para la cual fue concebida.Un reciente estudio de opinión muestra que el 81% de la población española sigue considerando necesaria su existencia.
Pero no puede dudarse que el siglo que ahora finaliza ha sido testigo de un cambio ocurrido en múltiples campos. De aquel despertar del siglo XX, todavía victoriano, donde la máquina de vapor constituía la vanguardia industrial, hemos pasado a un mundo interdependiente e intercomunicado, cibernético y metaindustrial. Y este cambio, con las distorsiones que la guerra civil produjo, ha alcanzado también a España, modificando y actualizando hábitos, conductas y relaciones humanas, así como sistema de organización económica, social y política, lo cual está exigiendo un general esfuerzo de adaptación personal y comunitaria.
La Cruz Roja Española procede, en su nacimiento, de un modelo institucional decimonónico, tutelar, benefactor y paternalista, como correspondía a su momento histórico. Y dotada, como toda institución jerarquizada, de una inercia fundacional que dificultaba una pronta adaptación a los cambios culturales y socioeconómicos que se estaban desarrollando en los últimos años en nuestro pais.
Por necesidades imperiosas de homologarse con otras sociedades nacionales y europeas, la Cruz Roja Española va a asumir un proceso de cambio 37 renovación que actualice sus prestaciones, dinamice su gestión y movilice e incorpore a la mayor parte posible de la sociedad española a un proyecto universal a favor de la paz, solidaridad, derechos humanos, voluntariedad y justicia social para los menos favorecidos.
Con la valiosa experiencia del pasado -el presente ya no es una continuación -del pasado, sino su consecuencia- y el solidario espíritu de todos los que integran nuestra institución, vamos a despedir algunas meritorias reliquias del pasado, entre sanitarias, ceremoniales y paramilitares, y abrir otros caminos que nos adecuen más eficazmente para el inmediato futuro, sabiendo que el porvenir no es tanto un resultado de la historia cuanto un producto del hombre.
Pretendemos incorporar un mejor soporte técnico-científico y profesional para el estudio de los problemas sociales, definición de tácticas solidarias; y programaciones prosociales, así como para un mús logrado conocimiento psicosocial de poblaciones marginadas y sus posibles asistencias.
Igualmente, pretendemos estimular el máximo crecimiento de la prestación voluntaria, la filosofía de la solidaridad, el trabajo en equipo, las motivaciones sociales y del pensamiento altruista, tanto en los componentes de Cruz Roja como en la sociedad española, en todos sus niveles y geografía.
Junto al derecho humanitario, procuraremos, difundir el conocimiento y cumplimiento de los derechos humanos, expresión básica de la dignidad de toda persona -desdichadamente olvidados durante un largo período histórico en nuestro país- y sin los cuales la Cruz Roja difícilmente puede justificar su existencia ni su presencia pública.
Pero esencialmente pretendemos comprometer y movilizar a toda la sociedad española a favor de la filosofía humanitaria de la Cruz Roja Española, que es tanto como decir comprometerse solidariamente a favor de las personas y comunidades necesitadas de comprensión y ayuda en sus derechos de vida, paz, dignidad, libertad y conocimiento.
La Cruz Roja es una institución no comercial ni política que se nutre financieramente de aportaciones voluntarias y de las cuantiosas aportaciones que las administraciones públicas le confieren en sucalidad de auxiliar de los poderes públicos para labores de bienestar social. Actualmente mantiene cerca de 600 asambleas, 32 hospitales, y más de 1.000 ambulancias, que anualmente recorren 14 millones de kilómetros, a la vez que moviliza medio millón de voluntarios.
La dignidad del hombre
Su trabajo en pro de la dignidad del hombre está necesariamente conectado a los recursos que obtenga. Para decirlo con frase de Marcel Naville, fundador que fue del Comité Internacional de la Cruz Roja, "la responsabilidad del éxito o del fracaso de la acción comunitaria incumbe en última instancia a los pueblos y a los Gobiernos, puesto que sólo ellos pueden decidir si los principios humanitarios deben o no prevalecer sobre otras preocupaciones. Puede y debe criticarse a la Cruz Roja por sus insuficiencias y sus imperfeccíones, pero únicamente los Gobiernos y los pueblos pueden darle los medios para actuar o reducirla a la impotencia".
La pertenencia a Cruz Roja ha sido y debe ser un reto y un estímulo. Un reto a favor de los derechos humanos y la justicia social en todo lugar y circunstancia. Un reto para una universal convivencia y apoyo. Un reto para alcanzar la paz. Y un permanente estímulo que nos mueva a todos hacia la invención y logro de un futuro en solidaridad y libertad. Porque inventar un porvenir mejor es inventar también,una mejor manera de ser.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.