Reagan sustituye la 'diplomacia de las cañoneras' por la de los portaviones
Las fortalezas flotantes constituyen el 'gran garrote' de la Administración norteamericana
El más nuevo de los 14 portavionaves de EE UU, el Carl Vinson -de 327,6 metros de eslora- es la más poderosa arma de guerra convencional jamás construida. Es el símbolo del neoglobalismo de la Administración de Ronald Reagan, en el que la noción decimonónica de diplomacia de las cañoneras se ha cambiado por la de diplomacia de los portaviones. Es el arma preeminente en una era en la que EE UU no puede permitirse, depender demasiado para proyectar su poder en ultramar de un sistema de alianzas que tiene ya cuatro décadas.
El Carl Vinson está en el centro del debate entablado entre estrategas diplomáticos y reformadores del Pentágono (Departamento de Defensa) sobre cuál será el papel de los superportaviones en el futuro sistema militar norteamericano. El portaviones es el gran garrote de Reagan. En una "era de paz violenta", como ha llamado a este tiempo de terrorismo y tensión generalizada el jefe de Operaciones Navales, almirante James Natking, los portaviones norteamericanos pueden recorrer el mundo como fortalezas flotantes en los mares turbulentos.Para John Lehman, el agresivo secretario de Marina de la Administración de Reagan, los portaviones tienen que cumplir un importante papel estratégico, el de salvaguardar la vital navegación de los mares en tiempos de paz. Y, en caso de guerra convencional con la URSS, podrían hostigar las costas soviéticas en los primeros momentos.
Para algunos críticos, los superportaviones de EE UU son la Línea Maginot de finales del siglo XX, monumentos a la obsolescencia militar. Los 14 portaviones de la Marina norteamericana incluyen desde el Midway, de la II Guerra Mundial, hasta el Carl Vinson, de 1982, con armamento nuclear. Cada una de estas naves puede lanzar aviones para su defensa y para atacar al enemigo. El Carl Vinson, por ejemplo, transporta 24 aviones de combate F-14, 38 aviones de ataque A-6E y A-7E, cuatro aparatos E-2C Hawkeye para detectar la aproximación de aviones enemigos, cuatro EA-6B Prowler para confundir a los radar y las radios del contrincante, seis helicópteros SH-3 y 10 S-3 Vikings para guerra antisubmarina.
Lehman está seguro de tener en 1992 tres nuevos portaviones nucleares del tipo del Nimitz. El secretario de Marina ha dejado claro que quiere tener una fuerza de portaviones que pueda enfrentarse y derrotar a la Marina de la URSS. Ante el eventual estallido de una guerra en Europa entre los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los del Pacto de Varsovia, quiere estar en disposición de enviar portaviones hacia Noruega, para bloquear la salida de la flota soviética hacia el Atlántico Norte.
La embarcación del futuro
Gary Hart, fundador de un movimiento de congresistas en favor de una reforma militar, argumenta que el submarino y no el portaviones es la embarcación del futuro, y puntualiza que los soviéticos tienen 300 submarinos de ataque, frente a 100 de EE UU. En un conflicto nuclear, dice, una flota de portaviones sería destruida en cuestión de minutos. Pero el reciente enfrentamiento con Libia ha mostrado otro, y tal vez más importante, papel de los portaviones en una era de guerras parciales. La disposición de Reagan a actuar en solitario ha convertido a las bases aéreas flotantes en poco menos que indispensables. La renuencia de Francia y España a permitir el paso por su espacio aéreo de los FB-111 en su largo vuelo hacia Libia mostró a EE UU que, a partir de ahora, no puede contar automáticamente con el apoyo aliado para sus aventuras militares.Los críticos de Lehman admiten asimismo que el portaviones puede ser usado para llevar el pabellón de EE UU a lejanos lugares de conflicto, desde el golfo de Sirte hasta el mar del sur de China. Con la Administración de Reagan empeñada en proyectar su poder por todo el mundo, los portaviones proporcionan las únicas bases fuera del territorio de Estados Unidos con las que efectivamente puede contar.
Tanto si es cierto, como si no, que los portaviones más pequeños pueden realizar mejor este trabajo, y ser menos vulnerables en una crisis final con los soviéticos, la quilla de dos nuevos portaviones del tipo Nimitz ya ha sido colocada. Pero, finalmente, en la próxima década, superportaviones como el Carl Vinson serán los ejes de la Marina de EE UU
Copyright Time Inc. 1986
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.