Gutierrez Aragón y Almodóvar hablan de la "inmediatez" que la TV ha impuesto al cine

Los directores de cine Pedro Almodóvar y Manuel Gutiérrez Aragón participaron ayer en un debate sobre cine celebrado en el Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid. Radio El País emite desde allí un programa titulado, Historias de una década, con motivo de la exposición EL PAÍS, como es. Actuó como entrevistador el periodista Ángel S. Harguindey. Gutiérrez Aragón dijo estar preocupado por la "degradación del lenguaje del cirte por influencia de las series de televisión, que se hacen de cualquier manera", y Almodóvar habló de la "narrativa inmediata a que esta acostumbrado el ojo del público debido a esa influencia".Almodóvar, que en las pausas para la publicidad aprovechó para comerse las patatas fritas de una bolsa gigante, dijo: "Sin falsa humilidad, una de las mejores cosas que le han pasado al cine español en la última década ha sido mi irrupción en él. Estuve muchos años esperando, porque ser Pedro Almodóvar no se improvisa. Esta década ha sido clave en mi vida".

Gutiérrez Aragón calificó los 10 años pasados como "una época buena". "Ahora estamos en un momento pacífico", dijo, "en el que nada está en crisis y todo tiende a ser conservador". Para este director, uno de los cambios importantes que se han producido es que "no se habla ya de los 40 años como de un trauma o una obsesión infantil o juvenil, sino como de una fuente extraordinaria de historias dramáticas".

Según el director de Demonios en el jardin, muchos de cuyos filmes han dramatizado situaciones del franquismo -incluido el que acaba de rodar, La mitad del cielo-, la comedia de Berlanga La vaquilla "ilustra muy bien el cambio de visión sobre la guerra civil". Para él, "no debe crearse una nueva ortodoxia para que no se cuenten cosas de los 40 años".

Almodóvar reconoció que la que está considerada como su mejor película, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, refleja unas situaciones herederas de aquel período. "Creo", dijo, "que el momento que vivimos es clave y es del que menos cosas se están contando". Se dirigió a Gutiérrez Arágón -"le hablo no a él, sino a su generación", dijo- para achacar esa carencia "a que salís poco por las noches, os drogáis muy poco y les sóis demasiado poco infieles a vuestras mujeres".

Gutiérrez Aragón y Almodóvar, a los que Harguindey definió como "académico" y "de vanguardia", respectivamente, coincidieron al señalar la predilección del público actual por las películas "mejor hechas". Para el primero, la gente ha cambiado de gustos respecto a la comedia. "Se aprecia más la refinada y audaz, no populachera", afirmó. Almodóvar asintió y dijo: "Lo que está claro es que las películas muermo cada vez tienen menos adictos".