Miembros de Santuario, hallados culpables de la entrada ilegal de centroamericanos en EE UU
Un jurado formado por nueve mujeres y dos hombres declaró culpables el pasado jueves en Tucson (Arizona, EE UU) a ocho integrantes del grupo religioso Santuario de tratar de introducir en Estados Unidos de forma ilegal a refugiados centroamericanos. Tras seis meses de juicio y casi nueve días de deliberaciones, el jurado federal, con su veredicto, reafirmó la tesis oficial de que los refugiados, salvadoreños y guatemaltecos no eran perseguidos, sino que buscaban una vida mejor en EE UU.
La defensa mantuvo en el juicio la tesis de que los refugiados eran perseguidos políticos y que se decidió ayudarles bajo la ley Internacional y la ley de Refugiados de EE UU de 1980. De los 11 miembros de Santuario llevados a juicio el pasado 22 ole octubre, sólo tres -el fundador del grupo, James Corbett, de 5,2 años; Weriody Lewin, de 26, y Nena. Mac Donald, de 38- fueron declarados inocentes de todas las acusaciones.El jurado halló culpable a otro de los fundadores, el pastor presbiteriano John Fife, de 45 años, y a otros cinco miembros de Santuario de tratar de introducir en el país a inmigrantes ilegales, y a otros dos, de darles refugio y transporte. Los acusados pueden ser condenados de seis meses a un máximo de cinco años de cárcel y multas de entre 2.000 y 10.000 dólares (entre 280.006 pesetas y 1.400.000 pesetas).
Durante los seis meses de juicio, la acusación presentó a 17 testigos: 15 centroamericanos, un informador pagado y un agente encubierto del servicio de inmigración. Otros cuatro se negaron a declarar. Los defensores de los miembros de Santuario, afirmaron que el grupo actuó confirme a sus creencias religiosas, como los abolicionistas que ayudaron a los esclavos negros antes de la guerra civil norteamericana.
Santuario se creó en marzo de 1982, cuando una iglesia de Tucson (Arizona) y cuatro de la bahía de San Francisco (California) anunciaron que estaban dando santuario a los refugiados centroamericanos. El grupo cuenta ahora con el apoyo de unas 225 iglesias católicas, protestantes y judías, unidas en un compromiso por el respeto a la vida y la defensa de ésta. Su labor está teniendo una creciente aceptación entre los legisladores norteamericanos. Sin embargo, el proyecto de ley Deconcini-Moakley para ampliar la residencia en EE UU de los refugiados centroamericanos -en su inmensa mayoría, salvadoreños (cerca del medio millón) y guatemaltecos- está paralizado.
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