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CATÁSTROFE NUCLEAR

Células , tejidos y órganos padecen los efectos de la radioactividad

La radiactividad que proviene de fuentes de energía ionizante es capaz de actuar sobre células, órganos y tejidos; produce manifestaciones clínicas muy variadas, dependiendo de la magnitud y duración de la exposición y del tamaño y funciones del área irradiada en el cuerpo. Desde que en 1895 Roentgen produjo radiación artificial por primera vez y un año más tarde Bequerel descubrió, la radiactividad natural, la causa más frecuente de lesiones por radiación ha sido la exposición ocupacional o por tratamiento médico; el uso de armas nucleares durante la II Guerra Mundial vino a incrementar el número de seres humanos que ha sufrido lesiones por radiación. También en algunos pacientes tratados con sustancias radiactivas es inevitable lesionar regiones adyacentes a los tejidos expuestos a la radiación.En la década de los veinte aparecieron lesiones en los trabajadores de la industria de pinturas radiactivas para caráturas de reloj, En años recientes los desechos radiactivos originados en pruebas de armas atómicas han hecho que se produzca cierto depósito interne, de radionúclidos en la población mundial.

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El uso del radio como agente terapeútico y del torio como medio de contraste radiográfico han dejado secuelas hasta 10 años después de administrados. Potencialmente la mayor fuente de accidentes de radiactividad es el uso militar de armas nucleares.

Las manifestaciones clínicas de las lesiones producidas por la radiación pueden adoptar tres formas:

Síndrome de radiación aguda. Se presenta principalmente en tres formas, después de la exposición de toda o la mayor parte de la superficie corporal a la radiación: la forma hematológica, la gastrointestinal y la nerviosocardiovascular. La forma hematológica aparece después de la exposición a dosis de radiación del orden de 300 rads. Comienza con náuseas y vómitos, que suelen ceder en unas 48 horas y que reaparecen al cabo de una a tres semanas; se presentan a continuación hemorragias e infecciones variadas.

La forma gastrointestinal se manifesta por náuseas, vómitos y diarreas en las primeras horas tras la exposición. Ceden espontáneamente en unas 48 horas, pero enseguida aparecen con mayor intensidad los mismos síntomas, pero agravados y acompañados también de infecciones y hemorragias que suelen matar en la mayoría de los casos. La forma nerviosa y cardiovascular se caracteriza por un inicio con náuseas, vómitos y diarreas; al cabo de unas horas se presenta una ligera mejoría, seguida gradualmente de alteraciones del sistema nervioso central que llegan hasta convulsiones, somnolencia y coma, y que causan la muerte en un período de 24 a 48 horas.

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Lesiones por radiación local. El eritema, que se puede comparar a una quemadura solar leve, aparece con exposición de 200 a 300 rads. Con dosis parecidas aparece pérdida de los cabellos. Dosis mayores del orden de los 5.000 rads producen graves lesiones cutáneas que semejan quemaduras de tercer grado.

Efectos tardíos. Dosis muy bajas del orden de los 15 rads producen disminución de la fertilidad debido a oligoespermia, que se inicia unos 50 días después de la exposición. Dosis mayores, de 200 a 300 rads, producirán azooespermia durante un año o año y medio. Dosis de 500 a 600 rads pueden producir esterilidad permanente en los supervivientes de ambos sexos. En pacientes que han recibido más de 600 rads son muy frecuentes las cataratas. Otro ejemplo de la respuesta tardía es el desarrollo de hipotiroídismo unos años después de haberse recibido algunos cientos de rads.

En el feto las manifestaciones clínicas dependerán fundamentalmente de su etapa de desarrollo y de la magnitud de la exposición. Si esto tiene lugar enIre la primera o la segunda semana es probable que el óvulo fecundado se reabsorba. Entre la segunda y la sexta semana el efecto será particularmente sobre los órganos que se encuentran en período de desarrollo durante ese período. Si la gestación está más avanzada se producirán cambios generalizados sutiles que finalmente se manifestarán como deficiencias en el crecimiento y desarrollo, incluyendo microcefalia y retraso mental.

Los efectos tardíos más frecuentes de la exposición a radiaciones son enfermedades neoplásicas. Las de más pronta aparición son las leucemias. Los cánceres de tiroides, glándulas salivares, pulmón, huesos y glándulas mamarias de la mujer son otros procesos neoplásicos cuya aparición parece aumentar significativamente por exposición a radiaciones.

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