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Basuco, la droga de moda de los ejecutivos en Colombia

Le llaman la droga de los ejecutivos, pero se puede comprar en cualquier calle de Bogotá u otra ciudad andina. Es el basuco, la droga de moda por sus novedosos efectos y su bajo coste. La historia comenzó en 1970, cuando un médico peruano descubrió efectos alucinógenos en los residuos del procesamiento del clorhidrato de coca, cocaína. También se estableció que la base, paso intermedio en la producción de cocaína, era un estupefaciente, y rápidamente empezó a consumirse. Así surgió el nombre, mezcla de base con cocaína: basuco.

La droga se vende en papeletas, finas capas que se parecen al papel de fumar, y que en Bogotá tiene actualmente un precio de 500 pesos (cifra similar en pesetas). De cada una de ellas, se extrae el polvo de basuco, que alcanza para liar cuatro cigarrillos y se fuma mezclado con marihuana o tabaco. Antes de encenderse el cigarrillo, se calienta por el exterior para que el estupefaciente, a causa del calor, se convierta en grasa y se mezcle bien con su acompañante.Además de basuco, la droga tiene múltiples denominaciones en el mercado, entre ellas paserolo, banano -por el color tostado que adquiere el cigarrillo-, pecoso o susuko. En un principio, únicamente era fumado por personas directamente vinculadas al procesamiento de la coca. Posteriormente se extendió a sectores de ingresos escasos, por lo que se le consideró cocaína de los pobres. Pero a pesar de su bajo costo, es un vicio caro porque el efecto alucinógeno de un cigarrillo apenas dura tres minutos. "En un fin de semana de basuco te puedes gastar 50.000 o 60.000 pesos", comentó un alto funcionario de una empresa constructora, socio de un club de fumadores de basuco.

El problema es que, como otras drogas, crea ansiedad y el adicto "no puede dejar de consumir cigarrillos uno tras otro", explica el psiquiatra colombiano Luis Carlos Restrepo. Además de los efectos mentales alucinantes, los consumidores se "siente brillante", crea "una adicción olfativa, lo que los basuqueros llaman bouquet", es un olor "dulzón, corporal y genital", asegura el psiquiatra. Ese aroma también lleva a que sea una droga secreta, dice la administradora de un club de fumadores de Bogotá. "El fuerte y persistente olor impide consumirlo discretamente en lugares públicos, pues delataría a la persona", agrega. Sin embargo, otras drogas, como la marihuana, "tienen aceptación social, nadie dice nada si alguien la fuma, y la cocaína es muy discreta, te pegas un fua (pase de cocaína) y es difícil darse cuenta", informa la administradora del club.

Proliferan los clubes

Ante esta situación, en la capital colombiana florecen los locales para basuqueros. Suelen ser elegantes casas, situadas en sectores residenciales, que únicamente reciben a socios, básicamente altos ejecutivos, empresarios y, como común denominador, personas de abundantes recursos económicos. Una sesión de consumo no se diferencia aparentemente en nada de cualquier reunión social de hombres de negocios; cómodamente apoltronados en butacas, los socios mantienen sus conversaciones sin ningún signo externo que delate el consumo de estupefacientes.El uso de esta droga se ha extendido rápidamente entre la población colombiana. Datos del Ministerio de Salud revelan que en 1984 había en esta nación, de 28 millones de habitantes, 1.200.000 fumadores de basuco. Una investigación privada determinó que entre el 3% y el 5% de la población colombiana había consumido alguna vez basuco.

La edad del consumidor ha cambiado con el tiempo, según reveló la terapeuta para drogadictos María Isabel de Lince. "Antes venían a las consultas adictos al basuco entre 14 y 22 años", dice. Sin embargo en la actualidad "acuden pacientes con edades entre 25 y 35 años", indica la especialista.

"Es un alucinógeno muy extendido en la sociedad colombiana, los sectores populares, al ser barata, pueden fumar de vez en cuando y en los círculos pudientes, especialmente entre ejecutivos y hombres de empresa, hay mucha adicción", dice María Isabel de Lince, quien agrega que "muchos pacientes dicen que ayuda en los negocios".

El psiquiatra Luis Carlos Restrepo estima que el basuco es una droga más peligrosa para la salud que la marihuana y la cocaína. "La adicción es muy rápida, en pocas sesiones se puede convertir en consumidor permanente", señala. Pero lo más grave es que "presenta un cuadro clínico preocupante, que afecta a las funciones vitales y crea a largo plazo un estado paranoico". El basuco "es el latigazo para poder hacer cualquier cosa entre los adictos, incluso la más sencilla", añade.

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