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Ramón Carande abandona la clínica a punto de cumplir los 99 años

El anciano historiador Ramón Carande y Thovar, ex rector de la universidad de Sevilla y premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales 1985, abandonó a mediodía de ayer la clínica sevillana de Nuestra Señora de Fátima, donde permanecía interno desde el 3 de abril. El día 5 se le efectuó una operación quirúrgica como consecuencia de una fractura de cadera que sufrió al caerse durante un paseo por el centro de la ciudad. El 4 de mayo cumplirá 99 años.

Ramón Carande, que el próximo día 4 cumplirá 99 años de edad, regresó ayer a su casa, una típica vivienda sevillana de la calle Álvarez Quintero, a escasos metros del Patio de los Naranjos, en compañía de sus familiares, quienes afirman que se encuentra en buen estado físico. Si bien el equipo médico que le atendió pensaba darle el alta a comienzos de la semana, ésta hubo de ser postergada hasta ayer porque el domingo pasado sufrió una colitis y el médico José Manuel Soler, a cargo del cual ha estado el posoperatorio, así lo creyó conveniente.En la clínica Nuestra Señora de Fátima, en uno de cuyos quirófanos fue operado Carande de una artroplastia de cadera con prótesis cervicocefálica, tener a tan insigne paciente alojado casi tres semanas se convirtió en todo un acontecimiento. Mientras un equipo compuesto por cuatro médicos seguía la convalencencia, Manuel Méndez León, director de la clínica, calificaba de "agresiva y traumática" la intervención quirúrgica y enumeraba cuidadosamente las medidas de precaución que se habían adoptado debido a la avanzada edad del convaleciente.

Médico contertulio

Méndez León, de 80 años de edad, había sido contertulio de Ramón Carande en las reuniones de Intelectuales que hace. ya tiempo se celebraban en la librería sevillana de Lorenzo Blanco -las mismas que Ramón Carande utiliza magistralmente para fotografiar a algunos de los 15 personajes de su Galería de raros-, y la convalescencia del historiador le sirvió para recordar aquellos tiempos en que llevar el diario El Sol bajo el brazo en presencia de su suegro era más un signo de temeridad que de progresía. "A don Ramón Carande", afirmaba, "todos le admiramos mucho en esta casa, aunque a mí con la boina encima de las melenas me recuerda a uno de esos de Nicaragua".

Esta crisis de salud es la única que se le recuerda al historiador palentino autor de Carlos V y sus banqueros, si bien, por razones obvias, la memoria de la mayoría de sus amistades y conocidos apenas abarca dos tercios de su larga existencia.

Hace poco tiempo, cuando una de las bibliotecarias del Rectorado de la Universidad de Sevilla, viéndole dispuesto a digerir un par dé tomos, le interrogó acerca de su salud, el mismo Ramón Carande le contestaba que él sólo había estado enfermo en una ocasión, cuando todavía cursaba estudios en Alemania. Aquello, si la historia cuadra, debió ocurrir cerca u orilla de la I Guerra Mundial.

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