Los obispos españoles aprobarán un documento sobre la responsabilidad de los católicos en la vida pública
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Gabino Díaz Merchán, abrió ayer los trabajos de la 44ª Asamblea Plenaria de los obispos españoles con un discurso en el que insistió en lo mucho que le queda por hacer a la Iglesia española para comprender profundamente, asimilar y llevar a la práctica las enseñanzas del Concilio Vaticano II. Apenas se refirió a los trabajos que figuran en el orden del día de la Asamblea, como en otras ocasiones. Entre los documentos que se espera sean aprobados figura uno sobre La responsabilidad de los católicos en la vida pública.
Tomando pie del sínodo extraordinario celebrado el pasado mes de noviembre, Díaz Merchán deduce el programa de acción de la Iglesia española del "mensaje final" del sínodo y de la "relación" que fue aprobada en el mismo. Se refirió a la "gran coincidencia en el diagnóstico de las sombras y deficiencias observadas en este tiempo" y calificó aquel acontecimiento como "un tiempo fuerte de comunión"."Estamos", dijo, "muy lejos de considerarnos satisfechos. El estudio del Concilio entre nosotros no se vio libre de tensiones y de conflictos que dificultaban su serena recepción... También aparecieron recelos y reticencias en algunos reducidos sectores eclesiales".
Pero la gran dificultad, ajuicio de Díaz Merchán, es la de no quedarse en la presentación de una Iglesia "como un grupo social, de mayor o menor influencia en el ambiente social", que no es comprendida o valorada por su dimensión religiosa. Puede ser una postura lógica en aquellos que la contemplan desde fuera, sin participar en la fe, y a quienes interesa exclusivamente la presencia de la Iglesia en la sociedad como factor de poder o de influjo político.
Criticó a los católicos españoles que "ocultan su fe religiosa en público por temor a ser ridiculizados o para no crearse dificultades". Dijo que el mensaje de la presencia de Dios en el mundo entraña gran dificultad por la mentalidad secularista de nuestro tiempo e insistió en el "testimonio necesario" de la trascendencia que espera y exige el hombre de hoy.
"No hay vuelta atrás, ni repliegue a una espiritualidad desencarnada. Hay discernimiento para seguir en la dirección justa del Concilio Vaticano II".
Los trabajos de la Conferencia se van a prolongar toda la semana. Al margen de los mismos, la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, que preside el obispo de Segovia, Palenzuela, hará público, un día de éstos, una nota sobre la eutanasia, en la que han trabajado los obispos Palenzuela, Sebastián y Setién. El documento de mayor calado, ya prácticamente aprobado, será el que se anuncia sobre La responsabilidad de los católicos en la vida pública". En la última reunión de la permanente quedó prácticamente ultimado. Ahora se trata de presentarlo al pleno antes de darlo a la luz pública. En medio centenar de folios se hace un análisis de las características más significativas de nuestra sociedad en el campo de la cultura, en el sociopolítico y en el socioeconómico.
El documento trata de que los católicos asuman su responsabilidad pública en estos campos y ofrece pistas concretas sobre las formas de presencia asociada. En lo político se sigue desaconsejando la utilización del nombre "cristiano", pero al mismo tiempo se abre un amplio margen a la asociación de los católicos en el orden local y en el plano nacional.
También está previsto que en esta asamblea se estudie un directorio de asociaciones que va a fijar los límites de autonomía y compromiso de las asociaciones respecto a la Iglesia oficial.
Los otros temas previstos se refieren a la formación sacerdotal, a las facultades eclesiásticas, a un informe sobre la situación y perspectivas de futuro del diaconado permanente (diáconos casados), que en España no acaba de tener aceptación. Entre todas las diócesis españolas, sólo llegan a 31 diáconos.
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