Detenido en Londres un árabe, presunto inductor del frustrado atentado contra un 'jumbo' de Israel
La policía británica detuvo ayer tarde en Londres al presunto terrorista árabe responsable de un atentado frustrado contra un jumbo de la compañía israelí El Al. Se trata de Nezar Narwaf Mansoor Hindawi, de 35 años de dad, de nacionalidad jordana, quien el pasado miércoles entregó a su novia que se dirigía a Tel Aviv, una bolsa de mano que contenía una bomba preparada para hacer explosión poco después de que el avión despegara del aeropuerto de Heathrow.El artefacto fue descubierto por los propios servicios de seguridad de la compañía aérea israelí, después de que pasara los controles aduaneros británicos. La novia del presunto terrorista fue detenida inmediatamente, mientras éste conseguía darse a la fuga en el tumulto del aeropuerto.
Scotland Yard había montado una gigantesca operación policial en un esfuerzo por encontrar al huido, un árabe que estuvo a punto de causar el jueves la tragedia más espantosa en la historia de la aviación; un jordano que habitaba en la frontera de su país con Siria y quien había sido identificado por la Policía. Su fotografía fue publicada ayer en las primeras páginas de todos los periódicos y en los telediarios de las cuatro cadenas de televisión. Un periódico popular, el Sun, propiedad de Rupert Murdoch, aplicaba a Hindawi el calificativo de rata árabe.
Según ha manifestado un porta voz de la brigada antiterrorista de Scotland Yard, Hindawi, cuyo nombre auténtico puede ser otro, se valió de su novia, una camarera de hotel irlandesa, embarazada de varios meses, para llevar a cabo sus planes. El árabe introdujo, sin conocimiento de su novia, una bomba de plástico que contenía 10 kilos de explosivos en su equipaje, tras manifestarle que en lugar de viajar en el jumbo de El Al lo haría en otro avión de una compañía europea dos horas más tarde.
El plan era que la bomba hiciese explosión poco después de despegar el avión de Heathrow, cuando volase a poca altura. sobre zonas densamente habitadas de Londres. La bomba -que, ante el asombro y la irritación de las autoridades británicas, no fue detectada al pasar los controles de seguridad del aeropuerto- fue descubierta por el personal de la compañía israelí, que realiza sus propios chequeos antes de que el pasaje suba al avión.
La irlandesa Anne Murphy, de 35 años, fue detenida inmediatamente por la policía y, trasladada a una comisaría del centro de Londres, donde colaboró con la brigada antiterrorista en el interrogatorio encaminado a descubrir el paradero de su novio. La policía está convencida de su inocencia y no tiene intención de acusarla.
Las autoridades británicas ordenaron ayer una revista urgente del sistema de seguridad del aeropuerto de Heathrow, así como la apertura de una investigación con el fin de averiguar cómo fue posible que los explosivos pasaran por los escáneres sin ser detectados por los rayos X. La compañía israelí El Al fue trasladada de la terminal tres a la uno con el fin de que pudiera establecer su propio mostrador de seguridad después de los ataques terroristas en los aeropuertos de Roma y Viena.
Críticas a Thatcher
Fueron precisamente las medidas de la Compañía Aérea Nacional de Israel las que previnieron la catástrofe. Fuentes cercanas al Ministerio del Interior británico precisaron que el incidente no parece tener relación con la actual crisis libia sino que se trata de uno de los muchos atentados contra objetivos israelíes planeados desde hace tiempo.Por su parte, y ante las críticas de todos los partidos de la oposición y del pueblo británico, como demuestran las encuestas, la primera ministra, Margaret Thatcher, ha matizado su apoyo a Estados Unidos y ha declarado en el Parlamento que serían necesarias nuevas consultas entre Londres y Washington en el caso de que el presidente Reagan decidiera una nueva acción contra Libia.
El Foreign Office en la primera reacción oficial del Gobierno británico al asesinato de sus súbditos en Beirut, facilitó un comunicado en el que expresaba "el horror y la conmoción" por lo que calificó de "barbaridad carente de sentido". El comunicado fue facilitado en nombre del titular de Exteriores, sir Geoffrey Howe, que se encontraba ayer en París, y en el Gobierno de Londres acusaba directamente a Libia por los asesinatos.
Según el comunicado, Londres tenía pruebas desde hacia tiempo de que Libia "había participado directamente en el secuestro" de los dos británicos y esto fue una de las causas que decidieron a Thatcher a permitir el uso de las bases a los norteamericanos.
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