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ACOSO A GADDAFI

El fondo y la forma

., La diferencia entre el fondo y, la forma no sólo la traslada el sorprendente y caprichoso pueblo libio al visitante occidental, sino también a su propia concepción árabe y, en concreto, a sus costumbres.

Un detalle en el ritual gastronómico sorprendió a este corresponsal el pasado martes. Fue en Zurara, una localidad industrial situada a unos 160 kilómetros al oeste de Trípoli.

La dirección libia de la constructora que está levantando en las afueras de Zurara una gran planta industrial para aluminio y refinamiento de petróleo, que situará a ésta ciudad en el futuro entre dos grandes complejos industriales (ya funciona una impresionante petroquímica), quiso sorprender a una delegación de hombres de negocios extranjeros con un plato ceremonial: alcuzcuz.

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Todo se quiso hacer en el más puro estilo magrebí: al no existir Jaima se utilizó una tienda de campaña del Ejército; la falta de taburetes marroquíes se suplió con colchones; no había alfombras, pero se utilizaron lonetas y moqueta, y, los instrumentos para lavarse las manos previos al ceremonial de la comida eran unas palanganas y unas jarras rojas de plástico fabricadas en Italia.

Había cordero, eso sí, pero no sémola de trigo, que escasea en Libia y es difícil de conseguir pese a la importante colonia de inmigrantes marroquíes.

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Los libios, más en el fondo que en la forma, sorprendieron con arroz. Y todo el mundo salió contento...

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