Polémica entre ciudades 'acabadas' y 'evolutivas' en el congreso de capitales europeas
La segunda jornada del congreso de nuevos métodos de intervención en los centros de capitales europeas, Madrid, París, Londres, Roma, Berlín, iniciado el lunes en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, estuvo ayer dedicada a analizar los problemas urbanísticos y arquitectónicos de la ciudad de Berlín, antigua capital alemana. El director del programa de nuevas construcciones de Berlín, Josef Paul Kleihues, señaló que "no es necesaria una simple reconstrucción de los centros de las ciudades europeas, sino una reconstrucción crítica que tenga en cuenta las exigencias urbanísticas y tanto la tradición como la idea de progreso".
Además de Kleihues, intervinieron en la jornada de ayer el arquitecto Hardt Walther Hämer, director del programa de rehabilitación urbanística de Berlín, y el también arquitecto León Krier, reputado defensor de la llamada posmodernidad arquitectónica. Tras sus intervenciones hubo una mesa redonda entre arquitectos españoles y berlineses. También ayer fue inaugurada la exposición La renovación urbana y nueva construcción en Berlín, en el Centro Cultural Conde Duque.En la primera intervención del día, Josef Paul Kleihues dijo que el Instituto de Arquitectura berlinés, del que es director, "tiene un programa muy concreto, consistente en recombinar arquitecturta y diseño urbanístico, ya que estamos convencidos de que los arquitectos no deberían seguir participando en la destrucción de los centros de las ciudades europeas".
Según el director del Instituto de Arquitectura de Berlín, "los centros históricos de las ciudades de Europa han sufrido tres tipos de destrucciones: la primera fue una destrucción física a raíz de los bombardeos y devastaciones de la II Guerra Mundial; la segunda destrucción se produjo en los años cincuenta y sesenta, y fue de un carácter que podría llamar tecnocrático, para facilitar el tráfico automovilístico y también por motivos de rentabilidad inmobiliaria; lo último, la tercera destrucción ha sucedido a causa de la fiebre de originalidad de algunos arquitectos, empeñados en construir su casa sin tener en cuenta el resto del paisaje urbano".
El Instituto de Arquitectura de Berlín, que dirige Kleihues, dedica buena parte de sus trabajos a desarrollar un método de intervención urbanística y arquitectónica en los centros históricos de las ciudades. "Si se respeta la configuración histórica, la geometría y la fisonomía de las ciudades, las intervenciones que se hagan en sus centros no sólo pueden hacerse desde un punto de vista funcional, sino también desde una aproximación artística", dice Kleihues.
"Hemos de reconocer que existe una tradición europea, una aproximación europea a la arquitectura urbana, y una vez reconocido esto, es preciso desarrollar un método común que tenga en cuenta las características de los centros urbanos históricos y al mismo tiempo su diversidad, de manera que cada arquitecto podrá construir su casa enriqueciendo la ciudad, pero sin destruirla".
El pensamiento sencillo
"Los arquitectos y los políticos han olvidado el pensamiento sencillo", afirma Kleihues, "y se trata de reencontrarlo, pero al mismo tiempo no podemos traicionar la modernidad, ni el legado de la arquitectura moderna; hemos de aprovechar su teoría, su progresismo teórico. Por esto no hablo de la reconstrucción de la ciudad europea, sino de la reconstrucción crítica, atendiendo a las exigencias de la modernidad. Dentro de este contexto, ciertos arquitectos, algunos de ellos alemanes y otras españoles también, corren el peligro de colaborar con la reacción, y al tiempo que admiro su fragilidad artística, pienso que deberían poner su imaginación al servicio de la contemporaneidad".Acerca de los problemas urbanos de la antigua capital alemana, Kleihues dijo que, "pese a ser una ciudad dividida, Berlín no son dos ciudades, no es una mezcla de Hamburgo y, París, sino dos mitades de Berlín y juntas forman una misma ciudad. En las dos partes de Berlín ha habido deterioro de la ciudad por derribo innecesario de edificios y a causa de construcciones de nueva planta, cuyos planteamientos eran equivocados. Pese a todo, la configuración de la ciudad sigue intacta, incluso a pesar del muro, incluso por debajo y por encima del muro. La diferencia decisiva entre Berlín Este y Berlín Oeste no es arquitectónica, sino de utilización de la ciudad y de la arquitectura".
Babelia
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