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DOS FRENTES DE LA POLÍTICA EXTERIOR NORTEMERICANA

Un buque español rescata a 16 marineros libios en el golfo de Sidra

El buque español Castillo de Ricote rescató el pasado martes por la noche a 16 marineros libios que se encontraban en una balsa en las proximidades del golfo de Sidra. Los rescatados, dos de los cuales estaban, levemente heridos, fueron llevados ayer por la mañana al puerto de Trípoli, según informó un portavoz de la naviera propietaria del navío, la Empresa Nacional Elcano.Los marineros libios "aparentemente militares", según la citada fuente, que pidió permanecer en el anonimato- se mostraron poco explícitos respecto al barco del que procedían o las circunstancias en las que se había producido el hundimiento.

Una vez en Trípoli, las autoridades navales agradecieron la acción al capitán del buque, Luis Asiain, aunque oficialmente en la sede de la empresa en Madrid no se ha recibido ningún mensaje en ese sentido.

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"El capitán tiene la obligación de recoger a cualquier persona que se encuentre en esas circunstancias, y de depositarla en lugar seguro", precisó la misma fuente. Preguntado sobre el riesgo que pudo correr el navío español en esas aguas, el portavoz manifestó que el barco estuvo cerca, pero no penetró en la zona donde se están desarrollando las maniobras militares norteamericanas.

De acuerdo con las informaciones facilitadas por Asiain a la sede de la empresa en Madrid, los tripulantes españoles vieron un movimiento inusual de aviones y barcos de guerra, pero en ningún momento fueron testigos de combates.

El Castillo de Ricote procedía de la terminal petrolera libia de Rastamuf, de donde salió el pasado lunes con un cargamento de crudo, y se dirigía a La Coruña, adonde tiene previsto llegar el próximo 1 de abril.

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Al parecer, la balsa con los náufragos libios se encontraba un poco más arriba del paralelo 32º30', a la altura del cual se sitúa la llamada línea de la muerte, en palabras del líder libio, Muammar el Gaddafi. Se trata de una línea imaginaria que cierra el golfo de Sidra y marca el límite de 100 millas de aguas territoriales que Libia reclama para sí desde 1973. Estados Unidos sólo le reconoce 12 millas.

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