Imelda Marcos gastó 650 millones en Nueva York en sólo tres meses
Después de todo no era más que un simple ir de compras a Nueva York, eso que toda mujer ha soñado alguna vez. Una vajilla de plata de 43.000 dólares (más de seis millones de pesetas), una selección de joyería antigua por valor de 234.000 dólares, un collar de diamantes y rubíes de Van Cleef, en la Quinta Avenida, por 100.000 dólares. Es sólo un ejemplo de un día de compras. Según anotaciones manuscritas de desembolsos firmadas por su secretaria y hechas públicas la pasada semana, la primera dama de Filipinas, Imelda Marcos, gastó casi 4,5 millones de dólares (alrededor de 652 millones de pesetas) en Nueva York entre mayo y julio de 1983.De sus compras se puede decir todo menos que no eran variadas. En un solo día, la primera dama filipina gastó 10.340 dólares en sábanas de Pratesi, una tienda italiana de ropa blanca en la Madison Avenue. Durante la misma locura derrochadora en Nueva York, pagó 3,5 millones de dólares por algo crípticamente descrito como "una pintura de Miguel Ángel".
'Chucherías' caras
El gusto de Imelda por la buena vida parece que fue transmitido a sus dos hijas, Imee Manotoc, de 30 años, e Irene Araneta, de 25 años. Entre los documentos conocidos la pasada semana se encontraba una carta escrita desde el Milan Hilton y dirigida a Imee por una persona desconocida llamada Baby. Se lee: "Te envío una maleta llena de chucherías a Manila. Espero que tengas tiempo para ponerte todos los vestidos... Hasta ahora he gastado 3.717 dólares de los 5.000 dedicados a vestuario". Una relación de las cosas que se encontraban en el equipaje habla de 141 dólares en material de jogging de Valentino, y 270 dólares de una chaqueta de seda de Armani. Las chucherías que llegaron a Manila en dos envíos costaron un total de 4.874 dólares.Quizá el mayor ejemplo de la propensión de los Marcos a los excesos lo constituyó la boda de Irene, en 1983, que se celebró en Sarrat, el pueblo natal de su padre, en el norte de la isla de Luzón. Costo estimado: 10,3 millones de dólares. Bajo la mirada vigilante de Imelda, 3.500 personas fueron contratadas para arregllar para la boda la iglesia de Santa Mónica, un edificio del siglo XVIII.
Dos días antes de la ceremonia, Ferdinand Marcos inauguró un hotel del Gobierno que costó 10,5 millones de dólares y en el que se alojó parte de los 5.000 invitados. También inauguró un nuevo aeropuerto, con pistas ampliadas para acoger a los reactores de los invitados extranjeros. Muchas de las flores que adornaron la iglesia fueron traídas desde Hawai.
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