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Silvia María Monteiga y Bernat Soler

Una estudiante de filología y un aficionado a la ornitologia comparten el Premio Holanda para jóvenes científicos

Silvia María Monteiga, una gallega de ojos claros, de 20 años, estudiante de tercer curso de filología hispánica en Santiago de Compostela, escribió en sólo 15 días un trabajo sobre la derivación que le ha valido uno de los dos primeros puestos del Premio Holanda para jóvenes inventores y científicos convocado por la empresa Philips y la cadena radiofónica SER. El otro galardonado ha sido Bernat Soler, catalán de 21 años, que presentó un trabajo sobre la garza real, redactado durante su estancia en Madrid con motivo del servicio militar.

Silvia María, se ha convertido en la primera mujer desde 1974 que obtiene este galardón, que este año ha alcanzado su mayoría de edad. Además de recibir las 500.000 pesetas de premio, representará a España, junto con Bernat Soler, en la fase final del concurso, que se celebrará en Oslo en el próximo mes de mayo.Nacida en Santiago, Silvia María Monteiga ha realizado allí todos sus estudios. Tiene muy clara su vocación por la investigación lingüística, sobre la que se expresa con seguridad y rotundidad. Precisamente fue la entrevista personal que mantuvo con los miembros del jurado -rectores, catedráticos y especialistas- lo que inclinó la balanza a su favor.

En su trabajo, el jurado encontró un concepto más amplio de la derivación que el tradicional, con aspectos originales. Silvia María dice que le interesa la derivación como mecanismo enriquecedor de la lengua, y cita como ejemplo simple los vocablos rico, riqueza, enriquecer. Afirma que ha utilizado los trabajos comparativos con otras lenguas, algunas tan exóticas como las amerindias o las bantúes, para documentar su trabajo y que le gustaría dedicarse a la investigación y compaginar ésta con la enseñanza, sin descuidar la literatura, que ya ha tocado en forma de cuentos.

El caso de Bernat Soler es ligeramente distinto. Muestra una apasionada vocación por la ornitología que todavía no le ha llevado a la Universidad, ya que dejó de estudiar en tercero de BUP para empezar a trabajar en una empresa, lejos de sus aficiones. Nacido en la localidad catalana de Santpedor, ha aprovechado parte de su estancia en Madrid con motivo del servicio militar para terminar de documentarse sobre las garzas reales, un tema que lleva estudiando desde el año 1978, y para redactar el trabajo que le ha valido el premio, premio que acudió a recoger vestido de soldado. Cuando pueda iniciar sus estudios universitarios querría irse al extranjero, ya que en la Universidad española no existe la especialidad de ornitología.

Explica con cierta timidez que en sus muchas horas de observación ha obtenido algunos resultados de importancia ecológica, como la constatación de que la garza real es un ave que defiende su territorio individual de pesca y no vive, por tanto, estrictamente en colonia, como se suele pensar.

Recuerda con cariño a su abuelo, su primer maestro, que le enseñó a salir al monte y distinguir las distintas especies animales y vegetales y muestra una seguridad casi total en poder algún día vivir de trabajar en lo que le gusta.

En esta edición del Premio Holanda los temas de biología y ecología han supuesto mayoría entre los trabajos finalistas, como viene sucediendo desde hace varios años, lo que muestra la preocupación de los jóvenes españoles por el medio ambiente.

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