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LA MUERTE DEL 'BANQUERO DE DIOS'

Michele Sindona muere tras dos días en coma profundo

Juan Arias

Michele Sindona, el banquero de Dios, dejó de existir ayer, a las 14.12, tras pasar dos días en coma profundo y dejando tras de sí, como Roberto Calvi, un río de misterios y una duda que quizá nunca será resucita: si murió asesinado o si se suicidó. Al hombre de la calle nadie le quitará de la cabeza que fue envenenado por quienes temían que se pudieran descubrir algún día los muchos aspextos oscuros que encierra su vida y susnegocios. Pero algunos políticos, comprometidos con la sucia aventura de Sindona y de sus millonse regalados ilegalmente a los partidos, prefieren sostener la tesis del suicidio.

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Quienes creen que Sindona, de 66 años, se quitó la vida piensan que el banquero podría haber querido con su suicidio burlarse de todos y crear un caso en ese mundo político italiano que primero le había concedido su amistad para después abandonarle.A este respecto, se insiste mucho en el detalle de que la mañana del envenenamiento, hace tres días, se llevó al retrete la bandeja con el desayuno (café, leche, té y galletas), en vez de desayunar sobre la mesa de la celda, como había hecho siempre.

"Me han envenenado"

También es significativo que después gritase: "Me han envenenado". Esto podría significar, según los partidarios de la tesis del suicidio, que había preparado la escena c omo un gran actor. Lo ínismo que el hecho de haber antinciado ya varias veces en los últimos tiempos que acabaríasu vida "envenenado con el cianuro en el café como Pisciotta". Pisciotta fue el lugartenienlle traidor del bandido rnafloso Salvatore Gitiliano, que fue envenenado con la misma técnica en la cárcel.

Sin embasgo, por ahora, ni la fainilia, ni los abogados, ni los jueces creen en la tesis del suicidio de Sindona. Tamnpoco se la cree el famoso juez especializado en la lucha contra la Mafia Giovanni Falcone, como lo ha confesado en una entrevista al diario Corriere della Sera.

Hasta el momento, los magisirados de Milán que tienen en sus manos la investigación no han firmado ninguna orden de detención contra algún recluso en la cárcel de máxima seguridad de Nroghera, lo cual indica que van con pies de plomo.

Una de las cosas que dicen los partidarios de la tesis del asesinato es que Sindona fue siempre un hombre orgulloso, un verdadero hombre de honor y, al mismo tiempo, creyente en Dios y amante de su familia.

Un mafioso así, aseguran en Sizilia, no renuncia vilmente a la vida ni deja en herencia a los suyos semejante mancha, que además podría significar que se autocastigaba por sus delitos, cuando una de sus características es haberse declarado siempre inocente y víctima, sin aceptar jamás ante los jueces la más mínima imputación.

En los próximos días, los forenses llevarán a cabo la autopsia, de la que se esperan nuevos elementos para conocer los detalles de cómo se produjo la muerte. Después, Michele Sindona será enterrado en el cementerio del Ayuntamiento de Milán, donde reposan algunos de sus familiares.

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