Creo que su editorial
del día 13 de marzo merece la contestación de sus lectores. Los españoles somos gente poco ecuánime a la hora de enjuiciar situaciones, y nuestros políticos son hijos de su tierra y están llenos de defectos en muchos sentidos. Pero nuestros periódicos no vienen de Marte y producen editoriales tan imperfectos como el que acabo de mencionar. Decir que "los socialistas han desparramado manipulaciones, presiones, nerviosismo y estupor" es usar con, demasiada agilidad el vocabulario.Pasa a la página 12
Viene de la página 11
Ahora bien, deducir de ahí que deben presentarse "pidiendo perdón" al país es confundir los términos, sencilla y llanamente. Por otra parte, el hablar de "voto útil" después de que un 40%. del electorado se haya pronunciado por el no es suponer que la cuestión misma de Europa y la política que representa la OTAN no es éticamente presentable ni ha sido políticamente asumida por los partidarios del sí. Tanta afirmación gratuita no es propia de un periódico que quiere, sin duda, compararse a otros como Le Monde o The Guardian. En el hecho de este referéndum no ha habido "incompetencia", "arrogancia", "impericia" e "incapacidad" solamente del lado del partido en el Gobierno (su editorial aplica esos defectos a la política del PSOE en la administración de su mayoría absoluta en las elecciones).
Mucho me temo que la factura que EL PAÍS ¿pide? se pase al Gobierno se la van a pasar también muchos lectores a su Prensa. ¿O es que es tan difícil ver que muchos de los votantes del no son contrarios a los americanos, a los socialistas (votantes de la derecha partidarios de decir no al Gobierno) y patriotas para los que todo lo europeo es malo porque "como nosotros nadie"?
Finalmente, ¿qué significa votar no en el País Vasco y Cataluña? Su editorial no hace el más leve análisis. Decididamente nadie hemos estado a la altura de las circunstancias. Tampoco EL PAÍS puede cantar victoria. Ha analizado bien lo que hay en el corazón del no (pero no en su hígado) y no ha visto que el cuerpo electoral del sí también tiene un corazón (pacífico, por supuesto).-
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